Un hombre polaco, de unos 55 años, cuya identidad aún se desconoce, optó por abrir la puerta de emergencia de un avión de la compañía Ryanair procedente de Londres, que había aterrizado en Málaga, por presentar un fuerte ataque de asma al no soportar quedarse dentro de la aeronave por más de 30 minutos.
Junto a él iba un grupo considerable de pasajeros, quienes debieron esperar en la pista del aeropuerto español, sin conocer el porqué.
“Él necesitaba aire, pero la Guardia Civil no quería escucharlo. Estuve hablando con él durante todo el vuelo y utilizó varias veces un inhalador. También tomó medicamentos justo antes de que despegara el avión", contó el pasajero Raj Mistry, quien estuvo sentado al lado del hombre: "Nadie se percató de que había salido del avión por su asma”.
Otro pasajero, Fernando Del Valle Villalobos, relató lo extraño que fue verlo pedir permiso y abrir la puerta de emergencia como si nada. “Al llegar a Málaga nos dejaron más de 30 minutos en el avión, sin darnos el motivo. Ese señor decidió que no esperaría más. Con templanza, pidió permiso a otros pasajeros para pasar, y abrió la puerta de la salida de emergencia. Fue surreal”, detalló.
Cuando el personal del aeropuerto observó la situación “irregular”, tomó cartas en el asunto, instando al señor a que regresara a su asiento dentro del avión. Más tarde, fue denunciado por quebrantar las leyes de la seguridad aérea, aunque debido a su cuadro asmático -entre otros factores- no fue detenido.
Cuando todo se calmó finalmente, los pasajeros debieron aguardar otros 15 minutos para descender del aparato con toda normalidad.
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