Queda claro que el romance de los actores Liam Hemsworth y Miley Cyrus ha sido más que inconsistente. Bien pudieran estar felices en la mañana, pero un paso en falso y todo terminaría antes del anochecer.
Lo bueno es que, con sus altas y bajas, el rubio mantuvo buenos pensamientos sobre la hija de Billy Cyrus. “Así estemos juntos o no, siempre sentiremos cariño y respeto por el otro”, manifestó al canal E!. Seguí entonces sus idas y vueltas, hasta su actual ¿boda?... preparate.
2013: en una entrevista Liam habló por primera vez después de separarse de Miley. Ocurrió en el estreno de The Hunger Games: Catching Fire. “Estoy feliz por todo su éxito”. Ese mismo año admitió a la revista People que el tiempo que disfrutaba a solas le permitió resolver ciertos temas por su cuenta.
2014: para NYLON Guys confesó su molestia por la cantidad de paparazzi que lo perseguían a diario luego de la separación. “Nunca es una experiencia divertida. Creo que cuando la gente ve fotos de ti, sobre tu vida personal, supone que quieres ese tipo de atención, pero no en mi caso”, acotó Liam.
En esa época, emitió un “sincericidio” al señalar a la actriz Jennifer Lawrence como alguien que lo ayudó a superar su crisis. “Al estar cerca de Jen, quien es tan honesta y se ríe todo el día, me vi obligado a estar en ese mismo estado mental”, explicó.
2015: a la revista Men’s Fitness señaló que junto a Miley tenía algo especial. “Nunca puedes elegir de quién te enamoras. Algunos vienen con un poco más de equipaje. Fueron cinco años juntos. Lo sentí real. Nunca lo tomé como una aventura”.
2016: en un diálogo con American Way Magazine prefirió no ahondar en su relación, alegando que se trataba de su vida privada. En cambio, para GQ Magazine contó de su proceso de redescubrimiento personal.
“Fue difícil. Ambos estábamos en diferentes direcciones. La separación era lo que seguía. También éramos muy jóvenes. Creo que en el fondo necesitábamos estar alejados uno del otro”.
2018: en enero varios medios estadounidenses abrieron sus portadas con el anuncio de una boda secreta entre Miley y Liam en Australia, sitió donde se dieron una segunda vuelta. Por supuesto, es casi imposible confirmarlo porque no se publicó ninguna foto del enlace matrimonial, y la pareja ha esquivado las preguntas de la prensa.
Vanity Fair argumentó que los dos ya portaban anillos matrimoniales, y que el evento fue de muy bajo perfil con la presencia de amigos íntimos del singular dúo.