Las extensiones pueden ser desde naturales hasta sintéticas. De las primeras hay infinidad de tipos que están determinados por el corte, forma, decoloración que sufra posteriormente y hasta la forma de peinado. Entre las mejores opciones para las del tipo natural está el cabello hindú que se manipula bajo el método Great Lengths.
La evolución de su colación ha variado según las nuevas tecnologías. Por ejemplo, hace bastante tiempo se dejó de emplear el trenzado o costura al cabello natural. También se usó en alguna oportunidad la pinza térmica que permitía adherirlas con la keratina sintética y el calor; el ultrasonido permitió por su parte que las uniones entre los tipos de cabello se disimularan más; mientras que con el aire comprimido se pasó de colocar de una en una las extensiones a hacerlo con cinco a la vez.
Sin embargo, estos métodos no se usan de manera arbitraria sino que responden a cada modelo o tipo de extensión que se vaya a utilizar, es allí cuando el especialista es el indicado para elegir cuál de ellos es el que más conviene.
Las extensiones vienen desde 30 centímetros hasta 60 cm y pueden ser gruesas, finas o extrafinas. Las hay de más de 40 tonalidades diferente e incluso para aquellas ocasiones especiales se consiguen algunos modelos que vienen con incrustaciones de diamantes para hacerlas más llamativas y elegantes.
Los especialistas prefieren las que son naturales porque ello favorece su manipulación e incluso el color si se desea teñir a posteriori. El otro aspecto diferenciador es el corte, que dependiendo de cómo se haga permitirá que el resultado final sea lo más natural posible.
La duración mínima recomendada es de cuatro meses y hasta seis meses cuando máximo. Ello va a depender de qué tan rápido crezca o no el cabello de base, lo que al fin y al cabo las hará más visibles o no.