La celulitis afecta al 98% de las mujeres occidentales, por más delgadas que sean. Es un problema contra el que luchan la cosmética, la aparatología, la medicina estética y la cirugía plástica.
Se produce por la alteración del adipocito, célula que reside en la hipodermis, y los milagros para eliminarla no existen. Únicamente la liposucción permite eliminarla por completo en la zona en que se practica.
Todas las celulitis no son iguales. De acuerdo con la textura del tejido puede ser blanda o dura; según el estado en que se encuentre puede ser incipiente, moderada o avanzada.
La predisposición femenina a padecer celulitis a lo largo de la vida es altísima, por lo que prevenir su aparición se relaciona con mantener hábitos saludables y constantes. La alimentación, el ejercicio continuo, la cosmetología local usada a diario y un tratamiento de choque una vez al año son las mejores recetas para mantener los nódulos grasos a raya sin tener que recurrir a soluciones más drásticas.
Evidentemente, los tipos más avanzados con más difíciles de eliminar y pueden presentar problemas colaterales asociados como la flacidez o el encharcamiento. También es muy rebelde la que los especialistas denominan fibroquística, en la que los nódulos grasos se enquistan en las fibras musculares y son más difíciles de eliminar con aparatología, deporte o dieta.
La ingesta de agua ayuda al organismo a deshacerse de las toxinas y residuos que la aparatología trata de eliminar. Por ejemplo, en el caso de las tecnologías a base de ultrasonidos, hay que tomar un gran vaso de agua antes de empezar y otro al terminar para aumentar la eficacia de los mismos.
Si la persona se cuida y mantiene hábitos saludables, además de realizar las sesiones de mantenimiento indicadas, los resultados pueden perdurar en el tiempo. Si no, los beneficios se esfumarán en muy pocos meses.