Primero hay que entender el proceso para enfrentarlo: al romper los electrones necesarios y dejando una cantidad inestable de neutrones, los radicales libres crean el proceso de oxidación.
Al explicar la inevitable conclusión de la oxidación por las rodajas de manzana que se vuelven marrones o los peces se vuelven rancios, se explica cómo los antioxidantes ayudan a sanar el proceso dañino.
Para ayudar a su cuerpo a protegerse de los rigores de la oxidación, la Madre Naturaleza proporciona miles de diferentes antioxidantes en diversas cantidades en frutas, vegetales, granos integrales, nueces y legumbres.
Cuando su cuerpo necesita hacer su mejor defensa, especialmente en el entorno actual, los antioxidantes son cruciales para su salud.
Los expertos consideran que la vitamina E es el antioxidante más importante porque protege las membranas celulares y previene daños a las enzimas asociadas con ellas, y la mejor manera de absorber la vitamina de forma natural es a través de fuentes alimenticias.
Mientras que los granos, nueces, avena y productos lácteos suministran vitamina E, tanto el girasol como el aceite vegetal contienen el mineral que desafía la edad.
Aparte de los aceites y las nueces, ciertas frutas y verduras también pueden proporcionarle vitamina E. Una batata puede darte el 40 por ciento de tu asignación diaria, y un mango o una palta puede darte al menos un 15 por ciento. Otras verduras como espinacas, nabos, tomates y espárragos ofrecen 10 por ciento de asignación diaria recomendada.
Y cuando su dieta no proporciona el mineral, los suplementos son las mejor manera de obtener una cantidad suficiente de la vitamina; una suplementación con vitamina E en 400 miligramos por día para reducir el daño solar, las arrugas y mejorar la textura de la piel.
Y si no puede obtener suficiente en su botella de alimentos o vitaminas, el mineral viene en un aceite para ser utilizado por vía tópica. Sin embargo, aplicar demasiado puede tener un efecto negativo.