Al mantener una respiración adecuada, corregir la postura de la columna vertebral y la pelvis, además de realizar un ejercicio de bajo impacto que se traduce en movimientos suaves y fluidos, aprendés a tener una armonía con cuerpo y mente.
Todo esto lo hacés con el Pilates, una tendencia que se ha puesto muy de moda en todo el mundo. El Pilates fue creado a principios del siglo XX, unificando conocimientos y ejercicios de distintas especialidades como el yoga, la gimnasia y la traumatología, además del dinamismo y la fuerza muscular con el control mental.
Este método se concentra en desarrollar los músculos internos para proporcionar equilibrio, estabilidad al cuerpo y a la columna vertebral, es muy valioso para la recuperación de lesiones, el rendimiento deportivo, una buena postura y una salud óptima, pues los ejercicios se realizan en posición reclinada o sentada, y la mayoría son de bajo impacto.
Otros ejercicios convencionales tienden a trabajar los mismos músculos, pero si no se realizan de la manera correcta pueden debilitarse, obteniendo como resultado un desequilibrio muscular, la causa principal de lesiones y dolor de espalda crónico.
El Pilates acondiciona todo el cuerpo, incluso los tobillos y los pies. Con esta actividad toda tu musculatura estará equilibrada y acondicionada de manera uniforme, ayudándole a disfrutar de actividades diarias y deportes con mayor facilidad, mejor rendimiento y menos posibilidades de lesionarse.
Por esta razón ya se ha vuelto tendencia entre muchos equipos deportivos profesionales y atletas de élite, quienes ahora han optado por usar el Pilates como una parte fundamental de su régimen de entrenamiento.
Es importante que si decidís incluir este deporte en tu rutina de ejercicios, podés adquirir un poco de conocimiento al respecto, bien sea a través de Internet o con un experto que pueda guiarte a realizar bien los movimientos, ya que estos pueden parecer simples, pero requieren mucha precisión y control, no es como hacer un montón de abdominales únicamente.
También podés hacer clases en casa, usando videos de ayuda o también asistir a un gimnasio o estudio que tenga un equipo especial, una clase o un entrenador que pueda supervisar tu trabajo.