Michael Jackson entendió, como ningún otro artista en su época, la importancia de los videos musicales para promocionar su música. Este es uno de sus grandes legados.
Piezas de larga duración y con presupuestos gigantes que en los 80´s solo se destinaban a producciones audiovisuales que iban al cine o a la televisión. Además de la aparición de grandes figuras de la industria del entretenimiento, elaboradas coreografías, efectos especiales e increíbles escenarios, fueron los elementos que hicieron inolvidables cada uno de sus videos.
La producción de Thriller está clasificada como cortometraje, por la inversión y producción que tuvo en esa época. Su duración es de casi 14 minutos y el presupuesto para su realización fue de 800.000 dólares; un video de alta producción para la época costaba 100.000 dólares.
Con la finalidad de recortar gastos, los trajes de zombie fueron realizados a partir de ropa recolectada por el Ejército de Salvación. El video buscó ganar un premio Oscar, por lo que fue transmitido en los cines antes de iniciar algunas películas.
Los “vándalos” que aparecen en el video de Beat It realmente pertenecían a una pandilla. La mayoría se reformó después de la filmación junto al Rey del Pop.
Bad, el sencillo que le dio el título al séptimo álbum de estudio de Michael Jackson, se promocionó con un exitoso video dirigido por Martin Scorsese. Dura 18 minutos y hace alusión a la película de 1961 West Side Story.
Los sonidos que se escuchan al principio de la grabación de Smooth Criminal son los latidos del corazón de Michael Jackson. Jeffrey Daniel fue el encargado de la coreografía, que fue replicada desde entonces en todos los shows en vivo del artista. El coordinador de efectos especiales fue Colin Chilvers.
Ganó el premio a Mejor Video en los Brit Awards 1989. Existen cuatro versiones diferentes en las que varía la duración, la música de apertura y el diálogo de los bailarines.