El balayage es una técnica francesa que comenzó en los años 70. Desde hace varios años, se ubica entre las principales tendencias de coloración alrededor del mundo.
Para conseguir ese rubio bebé que parece natural y que necesita pocos retoques, el peluquero debe tener una gran maestría y dominar dos claves fundamentales para hacer un buen balayage.
Christophe Robin es artífice del rubio de Catherine Deneuve y del color que llevaban Vanessa Paradis, Claudia Schiffer y Elle McPherson en los 90. En una de sus últimas actualizaciones en Instagram resumió a la perfección dos de los secretos de esta técnica.
Lo primero es que al separar el cabello es necesario que sean mechones muy finos, muy finos. Y lo segundo es que los reflejos deben empezar a unos centímetros de la raíz para que se mezclen naturalmente con el color de la melena.
Sin duda, se trata de dos requisitos que parecen obvios, pero que no siempre todos los peluqueros saben y aplican. Durante una entrevista con The Carousel, el estilista contó que practica esta técnica desde el inicio de su carrera y que, en sus más de 25 años de trayectoria, nunca ha usado papeles de aluminio.
También comentó que el balayage es muy popular en Francia, desde hace mucho tiempo, porque parece más real. Y ahora es popular en todo el mundo porque las mujeres quieren algo que requiera bajo mantenimiento. De hecho, los retoques se pueden hacer cada cuatro meses, lo cual es una gran ventaja hoy en día.
También indicó que una semana antes del proceso de coloración se debe utilizar un aceite hidratante vegetal. Esto permitirá proteger el color, nutrir profundamente la fibra del cabello y realzar su brillo. Y, como todo tratamiento capilar, es necesario que se haga una hidratación permanente para contrarrestar los daños de los productos químicos aplicados.