Comúnmente conocido como una adicción al bronceado, la tanorexia también es descrita por la Academia Norteamericana de Dermaotología como un desorden en la percepción del propio cuerpo. Es decir una preocupación obsesiva por algún defecto físico real o imaginario, en el cual la persona tiene la idea de que su piel nunca está morena; por esta razón se expone frecuente y excesivamente al sol o a través de salones de rayos UVA.
El término surgió por primera vez en el año 2005 por un grupo de dermatólogos estadounidenses; sin embargo, la palabra tanorexia no aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), pero la Fundación del Español Urgente reconoció el vocablo en 2009 como un neologismo formado a partir del falso sufijo "orexia", que quiere decir preocupación exagerada por la apariencia física.
Históricamente esta obsesión tuvo sus inicios a principios o mediados del siglo XX, específicamente con la popularización de las vacaciones asociadas con playa y la divulgación del bikini.
Algunos profesionales expertos en psicología coinciden en que la tanorexia tiene serias consecuencias para la salud psicológica y mental, pero se puede controlar tratando al paciente con terapias psicológicas, psiquiátricas y dermatológicas; en las cuales se trabaja la autoestima, la auto aceptación y en algunos casos es necesario el uso de medicamentos, principalmente para bajar los niveles de ansiedad.
En este sentido la Asociación de Ligas Europeas contra el Cáncer, alerta que en los últimos años ha habido un aumento alarmante de la cantidad de personas que viven obsesionadas por mostrar un bronceado exuberante.
David y Victoria Beckham, Jessica Alba, Luis Miguel, Bradley Cooper, Kim Kardashian, Donatella Versace, Christina Aguilera, son algunos de los famosos que siempre lucen bronceados y han sido señalados como víctimas de esta enfermedad, pero cabe destacar que el diagnóstico solo puede ser precisado por los especialistas.
Cabe destacar que para algunos tanoréxicos, dejar de recibir su dosis de radiación puede producir síndrome de abstinencia, que es una reacción del cuerpo que se origina cuando la persona deja de consumir sustancias a las que es adicta.
Finalmente los expertos insisten en que no hace falta exponerse de forma directa y continua; pues está demostrado que el sol mejora nuestro estado anímico y cura algunas enfermedades dermatológicas, como la psoriasis, pero con tomarlo 5 minutos a la semana en cualquier parte del cuerpo es suficiente para estimular la producción de vitamina D.