Una vieja mina de carbón ha sido convertida en China en la planta solar flotante más grande del mundo, estructura que será capaz de generar electricidad a más de 94.000 hogares, gracias a los 150 megavatios que tiene de capacidad, cifra que supera por casi cuatro veces la capacidad de 40 mw que actualmente tiene la planta ubicada en ese mismo sector.
La construcción ha tenido una inversión de aproximadamente 151 millones de dólares y se está realizando sobre un lago que se creó sobre una mina que fue derrumbada hace tiempo. El proyecto se inició hace siete meses y se tiene previsto culminarlo a finales de mayo de este año, sino sucede ningún tipo de imprevisto.
Con este proyecto China supera a Japón y se ubica en la vanguardia en referencia a los países que apuestan por las energías renovables. Desde hace bastante tiempo las autoridades del país asiático han mostrado sus intenciones de dejar de ser el país más contaminante del mundo, y eso los ha motivado a buscar nuevas maneras de producir energía sin ocasionar daños al planeta.
"Con estas acciones e iniciativas China se posiciona por delante de los principales países industrializados, muchos de los cuales aún ven la acción climática como una carga en lugar de una oportunidad”, aseguró Li Shuo, asesor principal de política global en Greenpeace East Asia.
La planta solar está ubicada en una zona cercana a Huainan y los ingenieros afirman que este tipo de estructura tienen muchos más beneficios que las que se construyen en tierra firme. La principal razón es que no ocupa lugares que pueden afectar la agricultura del sector, los paneles de energía se refrigeran con el agua constantemente y eso mejora su rendimiento en más del 10 por ciento, y por último, son capaces de soportar fuertes vientos.