La bruma facial es un elemento importante en la rutina beauty porque ayuda a hidratar el rostro, a fijar mejor el maquillaje y a mantener la piel luminosa y revitalizada. Además utilizarlas es todo un placer porque son muy refrescantes, especialmente en los días de calor.
Las texturas en bruma están de moda, son productos gozosos que se absorben rápido, refrescan la piel y, además, proporcionan un confort instantáneo. Se puede decir que son un soplo de hidratación para la piel que se puede aplicar en cualquier momento.
Este producto tiene propiedades calmantes, por lo que sirve principalmente para aliviar la piel luego de la depilación, la exfoliación y en determinadas irritaciones cutáneas. También la suaviza y reduce el impacto de las agresiones externas como la contaminación, las radiaciones solares, el estrés o el cansancio.
Por todo esto se puede decir que la bruma protectora facial es el nuevo tónico. Ayuda a potenciar el resplandor natural de la piel porque contribuye a absorber los ingredientes esenciales de los productos de cuidado facial diario, como la crema hidratante.
Especialmente en días cálidos de verano son la versión adulta de correr entre los aspersores del jardín y mantenerse fresca e hidratada. Este producto también reequilibra el PH de la piel para que nunca tenga un aspecto apagado y siempre parezca que se acaba de aplicar el maquillaje.
La bruma protectora facial tiene forma de espray para mayor comodidad, lo que significa que no solo es un producto fácil de llevar, sino también sencillo de aplicar para darle a la piel un estimulante rápido siempre que lo necesite.
Además de todos los beneficios para el rostro, hay otro uso que se les puede dar. Si se usa una bruma facial perfumada, se puede pulverizar sobre el cabello y quedará automáticamente perfumado con el suave aroma del producto.