Alejandro Sanz es de ese grupo de artistas a los que les cuesta mostrar a sus hijos ante la opinión pública, pues considera que solo él sabe apreciar el amor y fanatismo hacía sus hijos de otra manera que no sea por redes sociales o medios de comunicación.
En el año 2017 Sanz tuvo el honor de ganar el premio Persona en los Grammy Latino, y finalmente desfiló por la alfombra roja para agradecer a todos los que lo llevaron a obtener dicho reconociemiento. No obstante, al recibirlo la prensa apenas pudo capturar algunas fotos del cantautor junto a su hija Manuela y Alexander en el escenario.
Los chicos son hijos de diferentes madres, pero ambas coinciden en mantener su privacidad. De hecho, la madre de Manuela protege mucho la identidad de su hija, y la de Alexander no pertenece a la industria del espectáculo.
En ese sentido, el artista aseguró que escribe canciones para ganar el corazón de su público, pero que lo que más anhela como padre es que sus hijos estén orgullosos de él y su trayectoria.
En primera instancia, parecía que la relación entre Alejandro y su primera esposa iba viento en popa, pero luego surgió un escándalo cuando se conoció que el cantante tuvo una relación con una estilista de nombre Valeria, quien lo hizo padre de Alexander cuando Manuela tenía dos años de edad.
Alejandro finalmente se divorció y años después conoció a Raquel Parera, su segunda esposa, con quien tuvo otros dos hijos y consolidó la familia que soñó durante tantos años.
En un oportunidad, Alejandro manifestó que Raquel se convirtió en el pilar de su vida, gracias a que supo integrar a todos sus hijos para que crecieran juntos y orgullosos del trabajo de su padre.