El cuero cabelludo puede estar seco a causa del estrés, cambios hormonales, una mala alimentación, la contaminación ambiental e incluso determinados productos capilares con siliconas y parabenos.
Cuando esto sucede, hay pequeñas inflamaciones en el tejido cutáneo, la humedad y la hidratación naturales de la raíz descienden. Entonces aparecen picores, descamación y rojeces. En consecuencia, la prioridad es devolver la hidratación perdida.
¿Cómo solucionarlo?
Lo mejor es utilizar la cosmética natural. Hay una receta que resulta muy útil en estos casos, teniendo el aceite de jojoba como base o portador de los demás ingredientes. A continuación hay que incorporar unas 10 gotas de hidrolato de ciprés, 5 de aceite de argán y un par de gotas de aceite esencial de lavanda para potenciar el efecto de los anteriores.
Una vez que esté bien mezclado, se aplica con un suave masaje por toda la raíz antes de lavar el cabello. Lo ideal es dejarlo todo el tiempo que se pueda, tal cual como una mascarilla, y aclararlo después con agua.
Los efectos del aceite de jojoba en la piel son todo un descubrimiento, pero sus propiedades van más allá. Su poder para devolverle el equilibrio es, precisamente, la clave del éxito de esta receta. Limpia en profundidad el cuero cabelludo mientras lo hidrata, estimula el crecimiento, frena la caída, es antibacteriano y evita el encrespamiento. La lista es extensa y deja el cabello con un brillo envidiable así que vale la pena probarlo.
Los hidrolatos son aguas florales que se obtienen a base de una destilación por vapor del aceite esencial de determinadas plantas. El de ciprés es toda una joya, pues entre sus propiedades se encuentra un poderoso efecto antibacteriano, la facultad de fortalecer los vasos sanguíneos, la capacidad de calmar el cuero cabelludo y acabar con la caspa y de aportar brillo al cabello.