Apenas llegó a Netflix, esta comedia dramática se posicionó como la más vista. Pero más allá del éxito masivo, muchos espectadores se preguntan: ¿qué hay de real en esta historia? ¿Está basada en hechos verdaderos?
El dilema entre realidad y ficción se construye parte del encanto del film. Porque no es una historia original. Se trata de una remake que a su vez parte de una anécdota de su autor.
Estamos hablando de Un vecino gruñón, con Tom Hanks como protagonista, que está disponible en la plataforma de la N roja.
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¿De dónde viene la idea?
Un vecino gruñón es la versión cinematográfica en inglés de la película sueca Un hombre llamado Ove (2015), que a su vez adapta la novela homónima de 2012 del autor Fredrik Backman.
Backman contó que la chispa original surgió de una anécdota real que leyó en un artículo: un hombre bastante irritable explotó de furia mientras compraba entradas para un museo y su reacción despertó en él una pregunta intrigante: ¿qué pasaría si ese hombre viviera solo, cargado de resentimiento y pérdida, y su vida diera un giro inevitable?
Ese episodio cotidiano, un breve arranque de enojo en público, se transformó en la semilla de un personaje más complejo, con pasado, heridas y un universo interior que Backman desarrolló en su novela.
Por lo tanto, aunque Un vecino gruñón no relata una historia real sino ficcional, existe un punto de partida real: un momento fugaz que inspiró al autor a imaginar la vida entera de ese hombre gruñón, y de allí nació Ove, y luego Otto (en la versión con Hanks).
Qué cuenta la película (y qué no es real)
En la película, Hanks interpreta a Otto Anderson, un hombre viudo, amargado y solitario que, tras la muerte de su esposa, decide aislarse por completo del mundo.
En sus planes figura poner fin a su vida. Pero todo cambia cuando una familia joven, alegre, latina y llena de contrastes, se muda al lado de su casa.
Esa convivencia forzada, las situaciones cotidianas, las torpezas y los pequeños conflictos y afectos empiezan a abrir grietas en su coraza. Poco a poco, Otto redescubre la posibilidad de conectar con otros, de volver a amar la vida, de encontrar sentido en la comunidad.
Esa historia no tiene base real en el sentido biográfico: Otto no existió. Pero la semilla sí: el episodio puntual que motivó la novela. Todo lo demás, la vida de Otto, su pasado, su transformación, es imaginación, ficción cuidadosamente construida por Backman, adaptada luego al cine sueco y finalmente reelaborada en Hollywood.
Por qué resuena hoy
El éxito de Un vecino gruñón radica en su poder de emocionar, en su mezcla de melancolía, humor y esperanza, y en la actuación de Hanks.
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La película toca temas universales: la pérdida, la nostalgia, el rencor contra la vida, pero también la posibilidad de redención, los vínculos inesperados y el valor de la comunidad y la empatía.
Esa resonancia emocional convierte a Otto en un personaje con el que cualquiera puede identificarse, especialmente hoy que muchos atraviesan duelos personales, cambios, reencuentros con la propia identidad.