Los gatos son conocidos por su carácter independiente y, a diferencia de los perros, no siempre dejan en claro si disfrutan o no de las caricias.
Para quienes conviven con felinos, entender sus límites puede marcar la diferencia entre un momento de conexión y una reacción inesperada.
¿Por qué a algunos gatos les gustan las caricias?
Según los veterinarios, cuando se acaricia suavemente a un gato, su cuerpo libera endorfinas, sustancias asociadas al placer y la reducción del estrés.
Esto explica por qué muchos felinos ronronean o se acomodan para seguir recibiendo mimos, especialmente en ciertas zonas sensibles como:
- La cabeza
- Detrás de las orejas
- Debajo de la barbilla
Estas áreas suelen ser las preferidas, pero no todos los gatos reaccionan igual.

¿Cuándo las caricias dejan de ser placenteras?
Aunque el contacto físico puede ser agradable al principio, los expertos advierten que las caricias prolongadas pueden provocar hiperestimulación. La piel del gato es muy sensible, y el exceso de estímulos puede volverse molesto.
Entre las señales más comunes de incomodidad se encuentran:
- Cola que se mueve con fuerza
- Intentos de morder (generalmente suaves)
- Alejarse bruscamente
Cada gato tiene su propio límite
Mientras algunos gatos toleran sesiones largas de caricias, otros solo aceptan unos pocos segundos antes de alejarse. La clave, según los veterinarios, está en respetar la personalidad y los límites de cada felino.
Conocer las señales de placer y de incomodidad es esencial para mejorar la convivencia y fortalecer el vínculo humano-gato sin invadir su espacio personal.