La actriz Tori Spelling, quien encarnó a la tierna y cándida adolescente Donna Martin en la serie Beverly Hills 90210, admitió su peligrosa adicción al botox.
Durante una entrevista, la diva señaló que ahora vive un infierno al ver su rostro "deforme", puesto que poco a poco ha quedado irreconocible.
Spelling, de 45 años de edad, también se ha sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas para no hacer visible el paso del tiempo en su cuerpo, y no es primera que se arrepiente de haber tomado estas decisiones.
En tanto, aseguró estar decepcionada de las consecuencias que los tratamientos estéticos han generado en ella.
La actriz comenzó a modificar su apariencia cuando tenía 20 años y aunque en aquella época se convirtió en una de las adolescentes más envidiadas de Hollywood, aseguró que no se sentía cómoda con su imagen.
Fuentes anónimas, pero muy cercanas a ella, afirmaron que Tori se inyecta el rostro cada dos meses, lo que ha provocado preocupación a sus seguidores que han notado cambios muy notorios en sus redes sociales.
Eses mismas fuentes señalaron que la ex estrella tiene al menos unas 10 cirugías estéticas, desde implantes de seno, rinoplastia, rellenos para labios y más.
Un mito o una realidad
Así como esta famosa actriz, muchas otras personas se han vuelto adictas a las cirugías estéticas y a tratamientos que más allá de ser sanos, van dejando secuelas en el cuerpo.
Especialistas británicos han realizado distintas investigaciones que aseguran que aunque el botox es una poderosa arma contra el envejecimiento y sus resultados son realmente sorprendentes, generar dependencia a este tipo de tratamientos es muy fácil, ya que levanta el autoestima y la seguridad en sí mismos.
No obstante, los efectos de esta toxina son efímeros y con el tiempo necesitará retoques desencadenando una obsesión por este tipo de producto.