Raven es una perrita que siendo cachorra sus humanos se dieron cuenta que necesitaba un amigo con el que pudiera crecer. Su mamá humana, Christina, sabe que no puedes ir y simplemente elegirle un mejor amigo a alguien, por eso esta perrita eligió a su propio gato.
Así que Christina se llevó a Raven al refugio de animales de Lubbock, en Texas (Estados Unidos) para que eligiera ella misma.
A Raven le presentaron 4 gatitos y ninguno mostró mucho interés, excepto una pequeña gata llamada Woodhouse; ella fue la elegida.
Woodhouse consiguió no solo un hogar, sino también una mejor amiga, ya que han pasado varios años y siguen más juntas que nunca.
Ellas celebran su cumpleaños juntas, viajan juntas, comen juntas y al final del día, descansan juntas, en verdad que son inseparables.
Fuente: Animales queridos.