De acuerdo con la última publicación de la página TMZ, se conoció que el padre de Meghan Markle, Thomas, no irá a la boda real, por lo tanto no acompañará a su hija por el pasillo de la Capilla San Jorge, el sábado 19 de mayo.
¿La razón? no desea ser la comidilla de los medios internacionales. Markle admitió que había hecho un trato con un paparazzi, permitiéndole fotografiarlo mientras se preparaba para la unión eclesiástica de Meghan con el Príncipe Harry en Londres.
“Thomas contó que en el 2017 fue emboscado por varios paparazzi, que lo fotografiaron en circunstancias desfavorables: comprando cerveza, luciendo desaliñado y solitario. Él se molestó porque su imagen no concordaba con lo que era su persona”, reseñó TMZ.
El padre de la actriz fue acechado por decenas de medios, que le ofrecieron entre 20.000 y 50.000 dólares para entrevistarlo. Él los rechazó. Hasta que una agencia pudo conseguir información por poco menos de 100.000 dólares.
“Él creyó que el acuerdo ayudaría a dar una mejor imagen de sí, pero en las fotos luce como alguien ‘estúpido y hambriento por atención’, haciendo que se arrepintiera de haber conversado con la prensa”, indicaron en el portal.
El Palacio de Kensington comunicó a la agencia Reuters que desconoce si Thomas estará o no el sábado en el evento. El drama del padre de Meghan y las fotos de los paparazzi parece no terminar.
Por ejemplo, una foto de él leyendo un libro sobre sitios de Inglaterra fue aparentemente trabajada con un fotógrafo pago. Surgió otra de Thomas sentado en un cibercafé viendo la imagen de los futuros esposos en la computadora, tomada con premeditación.
En medio de la controversia, Samantha (hermana de Meghan) admitió que las fotos preparadas fueron su idea. “Soy la culpable. Le dije a mi padre: ‘Tienes que demostrarle al mundo que te estás poniendo en forma’, y así comenzó todo. Puedo entender que es incómodo para el Palacio de Kensington”, relató en el programa de entrevistas británico Loose Women.