Nada más fuerte que el llamado del cuerpo y del estómago. Cuando hay hambre no hay pan duro dice el refrán, y si no hay auto, se inventa, podría agregarse respecto a lo vivido por esta mujer y su hija cuyo antojo debía ser saciado.
Y es que las mujeres oriundas de La Louvière (Bélgica) querían comer McDonald’s a como dé lugar. Sin embargo, las chicas se encontraron con un problema: el único restaurante abierto a esas horas era uno solo con opción McAuto, y aún estando a tan solo 500 metros de su casa, tenían el problema de no tener coche.
Además, la ciudad también se encontraba en periodo de cuarentena, por lo que no podían pedir un coche prestado. Pero para suerte de ambas, a la madre se le ocurrió una idea genial: fabricarse su propio coche de cartón.
“Al principio, mi hija pensaba que era una idea estúpida, le daba vergüenza”, le dijo Nathalie Moermans al diario The Brussels Times. “Así que empecé a construir un coche para mí. Pronto empezó a ayudarme. Le dije que la situación le serviría como un bonito recuerdo que contar a sus hijos, las ideas locas de su abuela”.
Así fue como madre e hija se acercaron al McAuto con su vehículo improvisado, que incluso llevaba una matrícula que ponía “COVID-19” y con un mensaje en sus supuestas puertas que decía “Lo siento, quiero un McDonald’s, pero no tengo coche”. La inventiva sorprendió a cuanta persona cruzaron , incluyendo a unos policías locales de servicio.
“Le dije a la agente que no tenía coche, pero quería comer, y creo que fue solo entonces cuando se dio cuenta de que estábamos dentro de un coche de cartón, y se echaron a reír”, cuenta Nathalie. Al final, consiguieron su objetivo, y las dos pudieron disfrutar de su menú.