Podría pensarse que el nacimiento de la bebé Chicago, para la famosa pareja conformada por Kim Kardashian y Kanye West, la haría sentir complacida y afortunada de tener una familia estable, sana y feliz…¡pero no!
Apenas unas semanas después que la empresaria y socialité recibiera con los brazos abiertos a su segunda hija (tiene tres pequeños en total), ya se encontraba en planes de ampliar su popular familia, con la ayuda de un vientre en alquiler.
Kim intentó por años concebir de forma natural, pero tuvo serios problemas de salud con sus anteriores embarazos. Eso hizo que considerara recurrir al método por subrogación.
Al final, y pese a su miedo de sentir o no una conexión real con su recién nacida, comprobó que fue la mejor idea para ella, Kanye y los pequeños North (4) y Saint (2).
“La conexión con Chicago fue instantánea. Sentí como si había dado a luz ese día. Todo el miedo se fue. Me siento feliz con el proceso y encantada con la atención que recibimos del instituto”, dijo Kardashian.
Una fuente confiable y cercana a la socialité, reveló al magazine People que antes de que naciera la bebé, Kim estaba en conversaciones para pedirle a la madre sustituta que cargara a su próximo bebé.
“Ella indudablemente quiere más hijos. Desea ampliar aún más a su familia. Incluso Kanye estaba muy feliz y animado, conversando en la sala de partos con el esposo de la madre sustituta. Hicieron una buena conexión”, señaló la fuente.
Al momento de hacer el babyshower para Chicago, la gran ausente fue la madre sustituta. No obstante, y de acuerdo a los allegados a Kardashian, eso no resta el hecho de que la modelo tiene gran estima por esa persona y sus parientes.
“Estamos increíblemente agradecidos con la madre sustituta, que hizo realidad nuestros sueños con el mejor regalo que se podía dar, y con nuestros maravillosos médicos y enfermeras por su cuidado. Estamos emocionados de darle la bienvenida a casa a nuestra bebé”, escribió Kim hace semanas en su sitio web, al anunciar el nacimiento de Chicago.