Es un factor común para millones de personas que los telefónos o tabletas vengan ya con aplicaciones preinstaladas, la gran mayoría de manera obligatoria, ya que los fabricantes que quieren incluir los servicios de Google se comprometen a incluir una serie de aplicaciones, pero hay casos en que otras provienen de acuerdos con terceras partes o porque simplemente creyeron que serían útiles.
El conflicto se produce cuando algunas de estas aplicaciones preinstaladas no generan interés alguno para los propietarios de los dispositivos y no pueden ser desinstaladas. A estas apps que hacen el sistema pesado y no aportan nada se las denomina bloatware.
Estos molestos bloatware son fácilmente desinstalados cuando están en una PC o notebook. Mientras que en Android la solución no es tan sencilla, pues algunas aplicaciones son en teoría imposibles de desinstalar. He aquí el mayor problema, pues además en Android es muy común andar escaso de espacio disponible, especialmente en terminales de gama baja y media.
No obstante, si se tiene un nuevo teléfono y viene de fábrica con un sinfín de aplicaciones que no te interesan lo más mínimo, hay varias cosas que se pueden hacer: unas requieren de permisos root, otras no.
Desinstalá normalmente
No hay que caer en desesperación, ya que en algunos casos son aplicaciones instaladas de forma tradicional, de modo que las podés desinstalar normalmente. Se puede pulsar prolongadamente y ver si te aparece la opción de desinstalar y si no aparece hay que ir a Ajustes - Aplicaciones, buscá la aplicación en cuestión y mirá si dispone del botón Desinstalar en su pantalla de información.
Si el botón es Desinstalar en vez de Desactivar, podés librarte de la aplicación para siempre, sin más.
Desactivá / deshabilitá
Esta es la mejor arma, ya que una aplicación deshabilitada sigue estando en el sistema, pero no la ves en el lanzador, no se abre y ocupa menos espacio.
Para proceder a deshabilitar una aplicación ve a Ajustes - Aplicaciones, buscá la aplicación que querés desactivar y pulsá el botón Desactivar. Así lograrás parar esas aplicaciones para que no se ejecuten, pero recuperarás menos espacio disponible que desinstalándolas por completo.
Desinstalá con root
Si querés eliminar esas aplicaciones preinstaladas para siempre, hay una buena y una mala noticia. La buena es que es posible, y la mala es que necesitás tener tu teléfono rooteado. Desinstalar aplicaciones es, de hecho, una de las ventajas más interesantes de tener root.