Eva y Anastasia son dos pequeñas de un año y medio que durante el día pasan las horas en una escuela infantil que permite a los padres visitar a sus hijos durante la hora de la comida.
Aprovechando la opción que le brinda el centro, la madre de las pequeñas, Ekaterina Lisnicec, de 31 años, se acercó a la hora de la comida para ayudarlas aprovechando un descanso en su trabajo.
Sin embargo, no todo fue como ella imaginaba.
Al llegar, Eva y Anastasia estaban sentadas en su mesa con un palto de sopa a medio terminar y un sueño superior a sus ganas de comer.
Como consecuencia, las pequeñas fueron incapaces de levantar la cabeza de la mesa por más que su madre les insistiera con dulzura para terminarse la comida.
Fuente DPA.