Todos los tipos de piel necesitan exfoliación de vez en cuando, aunque no con los mismos productos ni la misma frecuencia. Para realizar este procedimiento, de manera segura y sin lastimar la piel, es necesario tomar en cuenta algunas recomendaciones:
Para la piel grasosa
Este tipo de piel siempre se ve aceitosa y se siente pegajosa al tocarla. Los poros lucen muy evidentes y se suelen presentar puntos negros, espinillas y acné. Para exfoliarla se deben usar productos que contengan ácido salicílico para atacar los granos y aloe para calmar la piel.
La exfoliación se debe realizar de manera delicada, dos o tres veces a la semana para evitar resecar la piel y provocar el efecto rebote. También se puede aplicar una mascarilla de carbón para retirar el exceso de grasa en la piel.
Para la piel mixta
Es el tipo de piel más común, generalmente la zona T -que abarca la frente, la nariz y la barbilla- suele ser la parte grasosa, mientras que las mejillas generalmente están secas.
Se recomienda usar exfoliantes que contengan ácido glicólico o láctico para eliminar los puntos negros y realizar el procedimiento dos o tres veces a la semana.
Para la piel seca
Suele tener un aspecto opaco y puede sentirse áspera. Este tipo de piel suele faltarle hidratación, lo que puede producir picazón. Se recomienda usar mascarillas exfoliantes e hidratantes, ricas en aceites, y aplicarlas dos veces a la semana, para reparar las áreas más resecas del rostro y que requieren iluminación.
También se pueden mascarillas exfoliantes con arcilla roja, que contienen micropartículas, para estimular la renovación de la piel y remover las células muertas. Después es muy importante aplicar una crema hidratante adecuada para este tipo de piel.
Recomendaciones para exfoliar la piel
Debe hacerse delicadamente para no agredir, ni cortar la piel. El exfoliante debe aplicarse con las puntas de los dedos haciendo movimientos circulares, pero sin frotar demasiado.