Después de creer que se trataba de un gatito bebé abandonado y a su suerte un hombre decidió adoptarlo. Sin embargo, con el correr de los días, en su familia notaron que su comportamiento no era el esperado de la especie felina.
Eso fue lo que le ocurrió a Elber Guzmán, un campesino de Tolima, Colombia, que encontró al animal deambulando por el bosque y decidió cuidarlo y ponerle el nombre “Tobi”. Luego de consultar a los especialistas, se sorprendió al saber que había rescatado a un puma yaguarundí, una especie en extinción.
El hombre dijo que recogió al ejemplar porque lo vio solo y perdido. “Mejor me lo llevé a mi casa”, dijo Elber Guzmán a un medio colombiano. La familia del hombre recibió al felino con agrado pero tras dos semanas todos notaron que sus cambios físicos también eran poco usuales. “Tenía la cola larga y las orejas redondas. Además los aspectos de la comida, no se asemejaban al de los gatos”, dijo Guzmán.
Tras buscar información en la web, el hombre descubrió las fotos de un rescate de un puma jaguarundí en el aeropuerto Perales de Ibagué y así descubrió su gran similitud. Fue entonces cuando se comunicó con la Corporación Autónoma Regional de Tolima (Cortolima), quienes enviaron a un veterinario que terminó por confirmar que el animal era de origen silvestre.
“Se trata de una cachorra de dos meses de nacida, sin heridas, aunque con desnutrición, pues su dieta no era propia de la especie”, dijo el especialista. “Siempre creí que se trataba de un gato, jamás pensé que fuera un animal silvestre… los animales deben vivir en su hábitat y no en las casas”, concluyó Elber.
El yaguarundí, es mucho más grande que un gato, habita las zonas boscosas de Colombia y en su edad adulta alcanza a medir 83 centímetros de largo y a tener un peso de 6,5 kilogramos. Se alimentan de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces.