La pasta es un clásico indiscutido en la mesa argentina, fruto de la fuerte herencia italiana que marcó nuestra forma de comer. Sin embargo, a pesar de que se consumen en promedio más de 8 kilos por persona al año, la versión fría todavía no termina de instalarse como una opción habitual, sobre todo en las Fiestas y en comidas de verano.
Y es un error, porque las ensaladas con pastas funcionan muy bien cuando sube la temperatura: se pueden preparar con anticipación, admiten múltiples combinaciones y quedan perfectas para acompañar carnes, pescados o servirse como plato principal liviano. Para que salgan bien, hay algunos puntos clave que conviene tener en cuenta.
Ingredientes para la ensalada de pasta
- Pasta corta (tirabuzones, penne, moñitos, fusilli).
- Aceite de oliva o aderezo elegido.
- Hierbas frescas picadas (albahaca, perejil, ciboulette).
- Verduras de estación (crudas, blanqueadas o asadas).
- Quesos, frutos secos o proteínas a gusto.
Procedimiento
- Elegir pasta corta: los formatos con estrías y recovecos retienen mejor el aderezo y los ingredientes.
- Cocinar al dente: una pasta pasada se rompe en frío; una muy dura resulta incómoda de comer.
- Aderezar con la pasta tibia: apenas escurrida, absorbe mejor los sabores. Antes de servir, se puede sumar un poco más de aderezo.
- Usar salsas livianas: la clave es que cubran suavemente la pasta sin quedar espesas ni acumularse en el fondo.
- Sumar hierbas y verduras: aportan frescura, color y textura, y elevan el plato sin complicarlo.
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