La cuenta regresiva hacia el casamiento de Nicolás Cabré y Rocío Pardo ya empezó, pero antes de entrar de lleno en la vorágine final, la pareja decidió tomarse un respiro y disfrutar de unos días en la Costa Atlántica junto a Rufina, la hija del actor.
Con la boda prevista en Córdoba dentro de muy pocos días, el viaje funcionó como una pausa necesaria y, al mismo tiempo, como una oportunidad para fortalecer el vínculo familiar en un entorno relajado.
“Iba a subir la foto, pero la preparación fue un millón de veces más linda”, escribió Cabré en un divertido posteo.

Fue Rocío quien compartió en redes sociales las postales más íntimas de la escapada. Pinamar fue el escenario elegido: playa, sol, pileta y un ambiente ideal para desconectarse del ritmo que imponen los preparativos del casamiento.

En las imágenes se observa a los tres disfrutando del aire libre, entre risas y complicidad, en un clima que refleja la armonía que atraviesa a la familia ensamblada.

EL DESCANSO DE NICOLÁS CABRÉ, ROCÍO PARDO Y RUFINA
El lugar donde se alojaron ofrecía todo lo necesario para descansar. Además de una pileta enorme para combatir el calor, la zona contaba con un bosque cercano, perfecto para caminatas y momentos tranquilos en medio de la naturaleza.

Rocío se mostró jugando al tejo playero y no dudó en reírse de sí misma al admitir su poca habilidad para el clásico juego de playa. Rufina, en cambio, sorprendió con una puntería impecable en su primer intento, lo que generó orgullo instantáneo tanto en su papá como en la futura esposa de Cabré.

La bailarina también compartió momentos especiales a solas con la niña, mostrando un vínculo que crece día a día.

La tarde tuvo un giro inesperado cuando una abeja interrumpió el momento de creatividad, aunque rápidamente lograron retomar la actividad y mostrar el resultado final entre sonrisas: videojuegos con su hija, picadas frente al televisor y las infaltables comidas al aire libre que incluyeron un asado.




