La actriz Calu Rivero conmovió a sus seguidores al compartir una reflexión íntima y poderosa tras la muerte de su abuela, a quien definió como su “última maestra”.
En una publicación en sus redes sociales, la intérprete de Dulce Amor habló del valor de la presencia consciente y amorosa en los últimos momentos de vida, invitando a repensar la muerte como un acto de amor y entrega.
La publicación estuvo acompañada por una imagen en blanco y negro que resume la ternura del vínculo: Calu aparece recostada junto a su abuela, apoyando su rostro contra la mejilla de la mujer, que reposa con los ojos cerrados. La fotografía refleja la serenidad, la contención y el amor incondicional que marcaron esa despedida.
“Mi abuela fue maestra de primer grado, y hasta su último aliento siguió enseñando. Su muerte también me educó. No se fue sola, se fue sostenida. Su cuerpo fue honrado, su piel acariciada, su alma acompañada con mucho amor”, escribió Rivero.
UN ADIÓS VIVIDO COMO UN ACTO DE AMOR
En su mensaje, la actriz reivindicó la dignidad y la ternura en el proceso de morir, planteando que ese tránsito puede transformarse en un ritual sagrado y consciente.
“Solo una despedida sagrada, íntima, llena de ternura. Una muerte digna, luminosa y profundamente acompañada”, expresó, destacando que acompañar a un ser querido en ese momento “es un acto de amor radical”.

Calu describió gestos simples pero profundamente simbólicos: tomar la mano, encender velas, agradecer y susurrar palabras de calma. Para ella, el proceso fue una lección de entrega y continuidad: “Morir bien también es parte de vivir bien. Aprenderlo es un gesto de conciencia. Practicarlo es, tal vez, el más grande de los amores.”
EL LEGADO DE “CHICHI” Y LA FORMACIÓN ESPIRITUAL DE CALU
En sus historias, la actriz compartió nuevas imágenes con su abuela “Chichi”, reforzando el mensaje de amor y gratitud. En una de ellas se la ve inclinada junto a la mujer, acompañada por la frase: “Siempre recordaré tus silencios que enseñaban más que las palabras. Gracias por lo que dijiste y por todo lo que callaste.”
Además, agradeció su formación en México como doula de vida, muerte y transición, una práctica que la ayudó a integrar la espiritualidad en los procesos de despedida.
“Hablar de la muerte es hablar de la vida. La información es poder. Pero la presencia con información… es evolución.”




