Las Muertas es una miniserie de seis episodios estrenada en septiembre de 2025 por Netflix, bajo la dirección de Luis Estrada, célebre por su sátira política y por películas como El infierno y ¡Que viva México!.
La producción está basada libremente en la novela Las Muertas (1977), de Jorge Ibargüengoitia, que noveliza los atroces crímenes cometidos por las hermanas González Valenzuela, conocidas en la historia criminal mexicana como Las Poquianchis.
La ficción se ubica en México de los años 60, en plena expansión del negocio de prostitución y en un contexto político marcado por la corrupción, la impunidad y la desigualdad social.
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La historia gira en torno a Arcángela y Serafina Baladro, dos mujeres que administran un imperio de burdeles clandestinos, explotan sexualmente a jóvenes engañadas con promesas laborales, y bajo la complicidad del poder mantienen un régimen de terror con cadáveres, tortura, sobornos y violencia extrema.
Aunque la serie refleja hechos reales, no pretende ser un documental: toma licencia creativa. No todos los eventos mostrados ocurrieron literalmente, los nombres fueron alterados, y varios elementos dramáticos son insertos para intensificar la narrativa.

¿Quiénes actúan en Las Muertas?
El elenco central está encabezado por Paulina Gaitán, quien interpreta a Serafina Baladro, la hermana que se convierte en figura clave del entramado criminal. Junto a ella, Arcelia Ramírez da vida a Arcángela Baladro, otra de las hermanas, con una autoridad mezquina y despiadada.
Completan el reparto nombres relevantes del cine mexicano: Joaquín Cosío como el capitán Hermenegildo Bedoya, autoridad policial atrapada entre deber y corrupción; Alfonso Herrera como Simón Corona, personaje ficticio que añade tensión dramática y afectiva; Mauricio Isaac como “La Calavera”, y varios más que aportan al clima de horror, decadencia y conflicto moral.
Entre ficción literaria y verdad brutal
El caso de Las Poquianchis ocurrió entre 1945 y 1964, cuando las hermanas Delfina, María del Carmen, María Luisa y María de Jesús González Valenzuela operaban una red de prostitución en los estados de Guanajuato y Jalisco.
Captaban a jóvenes de pueblos pobres con promesas de empleo, pero muchas terminaron explotadas, enfermas, asesinadas o desaparecidas. Las investigaciones descubrieron fosas clandestinas con al menos 90 cadáveres; la cifra real podría ser mayor.

La investigación reveló cuerpos enterrados clandestinamente, asesinatos de bebés, abortos forzados y desapariciones. La cifra oficial de víctimas fue de 91, pero pudieron haber superado las 150.
El caso salió a la luz en 1964 gracias a la fuga de una de las cautivas y el juicio posterior expuso la crueldad de las hermanas, pero también la complicidad de autoridades locales, militares y policías.
La serie adapta ese relato, pero dramatiza algunas líneas para enfatizar el horror: concentra la historia en dos hermanas Baladro, proyecta venganzas personales que no figuran en los documentos oficiales, reduce el número de víctimas expuestas directamente, e imagina la forma en que se descubren los crímenes para hacerlo más narrativo.
¿Por qué verla?
Las muertas no es para los débiles de corazón. Su combinación de violencia explícita, crítica social, personajes complejos y estética cuidada la convierte en de esas series que perturban, incomodan y consiguen que la ficción se instale en la reflexión.