¿Te pasó alguna vez que rompiste un huevo y te encontraste con un olor insoportable? Para evitar ese mal momento, existen métodos simples y efectivos para saber si un huevo está podrido antes de abrirlo.
La frescura de los huevos es fundamental, no solo para que tus recetas salgan bien, sino también para prevenir problemas de salud. Un huevo en mal estado puede causar intoxicaciones alimentarias, por eso es importante aprender a identificarlos a tiempo.
El método del vaso de agua: el más fácil y rápido
Uno de los trucos más populares y efectivos es el test del vaso de agua. Solo necesitás un recipiente con agua fría y el huevo que querés revisar.
- Si el huevo se hunde y queda acostado en el fondo, está fresco y podés usarlo sin problemas.
- Si se hunde pero queda parado, tiene algunos días, pero todavía es seguro consumirlo.
- Si flota hasta la superficie, ¡ojo! Eso significa que el huevo está podrido y hay que descartarlo de inmediato.
Este fenómeno ocurre porque, con el tiempo, el huevo pierde humedad y aire, lo que hace que aumente su flotabilidad.

Otros indicios para detectar un huevo en mal estado
Además del truco del agua, hay otros detalles que podés observar:
- Agitá el huevo cerca de tu oído: si escuchás un sonido líquido o de chapoteo, es señal de que el huevo está viejo.
- Revisá la cáscara: si tiene manchas, grietas o un olor extraño, mejor no arriesgarse.
- Sentí el olor: aunque no lo hayas abierto, a veces un huevo podrido puede largar olor a través de la cáscara.
¿Por qué es importante chequear los huevos antes de usarlos?
Consumir un huevo en mal estado puede provocar desde malestares leves hasta intoxicaciones graves. Por eso, estos trucos caseros son aliados indispensables en la cocina.
La próxima vez que vayas a preparar una tortilla, un bizcochuelo o simplemente un huevo frito, probá estos métodos y evitá sorpresas desagradables.