A pesar de ser un estudio creador de películas de ficción basadas en dibujos animados, Pixar ha dejado ver en algunas de sus cintas ciudades de la vida real que le danun toque mágico y de originalidad a sus creaciones que permiten que el público establezca una conexión especial con estas películas.
Su más reciente obra maestra Coco, que es en sí una oda a la cultura mexicana, no podía perder la oportunidad de recrear en su aparente mundo imaginario un espacio azteca. El elegido fue el pueblo de San Juan Nuevo, ubicado en Michoacán, que parece la inspiración de la imponente iglesia del pueblo ficticio de Santa Cecilia. Allí, viven el protagonista principal Miguel y su familia.
De la arquitectura del complejo arqueológico de Teotihuacán salió una estructura idéntica que aparece cuando se evoca al Mundo de los Muertos.
En otras de sus cintas, Valiente, los estudios decidieron que su protagonista Mérida debía vivir junto a sus parientes en unos castillos imponentes que nacieron de las estructuras escocesas Dunnottar o del Castillo de Eilean Donan.
Venezuela también es reflejada en Up, cinta ganadora del Oscar como Mejor Película Animada y Mejor Banda Sonora, que emula de manera casi perfecta tanto Monte Roraima como el Salto Ángel, ambas localidades situadas en el estado Bolívar, en el Parque Nacional Canaima.
Sin embargo en la película esa zona es conocida como Catarata Paraíso, lugar al que sueñan llegar los protagonistas Carl y Ellie.
La ciudad australiana de Sídney también dice presente en Buscando a Nemo justo en la escena en la que Dory, la inseparable amiga de Marlín, padre de Nemo, logra salir del océano a la superficie. Allí se deja ver la Ópera de Sídney.
Cars es otra de las películas con estas similitudes ficción-realidad con el Motel Wigwam (Ruta 66, en EEUU) que sirve de modelo para el Motel Cozy Cone del Rayo McQueen.