El paso del tiempo, la exposición al sol y el estrés diario dejan sus huellas en la piel del rostro y del cuello. Los surcos y pliegues que aparecen en la cara van haciendo que la expresión facial pierda definición y tono.
Mediante la aplicación de un lifting o estiramiento facial es posible remediar estos signos de la edad. Este tratamiento quirúrgico retira el exceso de piel y tensa los músculos, eliminando así la flacidez y mejorando el tono y brillo en el rostro.
Esta intervención está indicada especialmente para mujeres a partir de los 45 años, que buscan un tratamiento efectivo y duradero de rejuvenecimiento facial. A partir de esa edad, las arrugas son especialmente visibles en las zonas alrededor de la boca y la nariz, de los ojos, entre las cejas o en el cuello.
Tras la operación es normal que la paciente tenga ciertas molestias, sin dolor, durante las primeras noches. Estas se controlan con analgésicos y van a ir desapareciendo a los pocos días. Los riesgos son los habituales en cualquier intervención quirúrgica, como reacciones a la medicación, hemorragias, inflamaciones, hematomas o infecciones.
Tratamientos de lifting facial sin cirugía
Existen otras opciones para rejuvenecer el rostro y conseguir un efecto lifting, sin pasar por el quirófano, mediante tratamientos de rejuvenecimiento facial como los siguientes:
- Hilos tensores: se tensa la piel con unos finos hilos colocados debajo de ella que además producen colágeno y fibroblastos.
- Botox: este procedimiento elimina las arrugas y las líneas de expresión en la cara mediante la aplicación de la toxina botulínica en el entrecejo, la frente o alrededor de la zona ocular.
- Rellenos faciales: los surcos y arrugas de la piel en mejillas, barbilla, mandíbula o alrededor de la boca se rellenan con compuestos naturales como la hidroxiapatita cálcica o ácido hialurónico.