El fotógrafo Richard Sidey se quedó tan asombrado ante la presencia de un extraño ejemplar de pingüino papúa blanco durante su viaje a la Antártica, que decidió sacar su cámara para grabar algunas imágenes.
En el vídeo se la puede ver saliendo del mar hasta una costa rocosa para, después, cruzar la orilla hasta llegar a sus hambrientos polluelos - que tampoco tienen leucismo-, a los que se dispone a alimentar de marisco.
Su pálido aspecto puede llegar a confundirse con el albinismo, pero no es igual. Los animales leucísticos no son más sensibles al sol que el resto. Al contrario, pueden ser incluso ligeramente más resistentes pues, al tener un plumaje de color blanco, este les protege más del calor.
Otra diferencia llamativa con respecto al albinismo es que los animales con leucismo mantienen el color normal de sus ojos, mientras que los albinos, no.
Fuente: DPA