Hay atletas que nacen para hacer historia gracias al talento natural que poseen y que le permite sobresalir sobre el resto en el deporte que practican. Ese es el caso de la noruega Marit Bjoergen, quien apenas iniciados los Juegos de Invierno Pyeongchang necesitó de una sola prueba para hacer historia.
La esquiadora, de 37 años de edad, participó en una exigente competencia de 15 kilómetros, en la que alcanzó el segundo lugar por detrás de la sueca Charlotte Kalla. El resultado le permitió colgarse la medalla de plata, que significó la número 11 de su carrera en los Juegos de Invierno.
La cifra la ubica como la máxima ganadora de preseas de todos los tiempos, relegando al segundo lugar a la italiana Stefanie Belmondo y a la rusa Raisa Smetanina, atletas que acumulan 10 medallas ganadas a lo largo de su carrera en este tipo de competiciones.
Marit Bjoergen inició su carrera para convertirse en la mujer más ganadora de los Juegos Olímpicos de Invierno en la edición celebrada en Salt Lake City (Estados Unidos) en 2002, competencia en la que sumó una su primera medalla de plata en la competencia de relevos.
Cuatro años más tarde, específicamente en los Juegos de Invierno de Torino (Italia) 2006, sumó su segunda medalla producto del segundo lugar logrado en la competencia individual de 10 kilómetros. Su mejor nivel lo mostró finalmente en 2010 en los juegos realizados en Vancouver (Canadá), donde ganó cinco medallas olímpicas para llegar a un total de 7 en su carrera profesional hasta ese momento.
Su ambición la llevó a prepararse para Sochi (2014), competición que afrontó con 33 años y en la que logró ganar tres medallas de oro que le permitieron llegar a las 10 preseas, que la mantenían igualada junto a Belmondo y Semtanina en el primer lugar de las mujeres más ganadoras de la historia. Sin embargo, la medalla lograda en Pyeongchang le permitió asumir en solitario el liderato de ese departamento y la ubicó a solo dos de Ole Einar Bjoerndalen, quien es el máximo ganador de todos los tiempos con 13 medallas.