Todos saben que la banda Gorillaz es Damon Albarn detrás del micrófono con un elenco rotativo de personajes colaborativos, pero la estelar mezcla de música electrónica es solo la mitad de la grandeza de la banda.
Las caricaturas de Jamie Hewlett están llenas de personalidad, y las extravagantes payasadas y aventuras del cuarteto dan vida al proyecto. Estaban respirando en lo virtual antes de que la sociedad se diera cuenta de su propio destino cibernético.
Gorillaz demuestra que no tiene que dejar que la experimentación y la originalidad caigan en el olvido en nombre de la viabilidad comercial. Todavía podés tener canciones en la radio y vender un montón de álbumes, incluso si continuamente te esforzás por ser extraño, oscuro y un poco retorcido.
¿La prueba? Aquí están cinco de las mejores canciones de Gorillaz jamás registradas.
Rhinestone Eyes
Esta canción electro-funk del tercer álbum de Gorillaz Plastic Beach se destaca por su deliciosa rareza. Ese órgano de bombeo sintético rodeado de remolinos de voces fantasmas es algo maravilloso, tiene una sacudida de energía que te hace querer levantarte y aventurarte, ya que la entrega inexpresiva de 2D se yuxtapone fabulosamente contra las muestras de apuñalamiento.
Fire Coming Out of the Monkeys Head
Esta canción de Gorillaz presenta a Dennis Hopper de Effing Easy Rider, que le lee el condenado destino de los hombres que no prestan atención a las advertencias de la naturaleza.
Don't Get Lost In Heaven
Inmediatamente después de la desaparición de las personas felices en Fire Coming Out of the Monkeys Head, Don't Get Lost In Heaven te lleva a las brillantes luces del otro mundo. Suena igual de bien en la canción del título que termina en el álbum de Demon Days.
Every Planet We Reach Is Dead
Este corte profundo de Demon Days tiene un toque occidental, los símbolos que se estrellan suenan como el andar pesado de un vaquero salpicado por el tintineo de las espuelas.
Plastic Beach feat. Mick Jones y Paul Simonon
Esencialmente se trata una colaboración con los punk de todos los tiempos The Clash, ya que tanto el guitarrista Mick Jones como el bajista Paul Simonon le dan gracia a la música clásica. Esta es una canción de verano para cuando todo está mal.