La compra de Apple a Netflix se debe básicamente a dos conflictos de interés. El primero, asociado a la reforma fiscal impulsada por Donald Trump, que permitirá que las compañías traigan al país sus ganancias facturadas en el extranjero a bajas tasas de impuestos.
La segunda razón se debe a que Apple cuenta con un efectivo de de 252.000 millones de dólares aproximadamente en cuentas extranjeras, lo que convierte a la manzanita en una atractiva ficha para el Tío Sam en cuanto a impuestos. La reforma tributaria reduce el impuesto de sociedades hasta el 21%, también fomenta la repatriación de ganancias con tasas que que oscila entre el 15.5% y el 8%.
Apple ve con buenos ojos las posibilidades de querer comprar Netflix, debido a que las negociaciones para adquirir Disney se han enfriado debido a lo costosa de la franquicia de parque de diversiones.
Sin embargo, Apple ha creado seriados relacionados con la cultura musical y ha contratando ejecutivos de Amazon Studios y Sony para explorar el área audiovisual. Actrices como Jennifer Aniston y Reese Witherspoon trabajarán en sus primeras producciones.
En otro orden, Amazon se expande a otros mercados tras la compra de los supermercados orgánicos Whole Foods. Esta compra alcanzó los 13,700 millones de dólares.
Amazon apuesta por las ventas minoristas, junto con una serie limitada de operaciones convencionales, es por esto que se asoció con Target (quien subió en sus acciones bursátiles) por razones tanto demográficas como de gestión, intentando perseguir el mercado familiar, debido a Target tiene mas de 2.300 tiendas que compiten con la 12.000 que tiene Walmart.
Netflix cotiza por los grandes conglomerados, lo que al parecer ha hecho que sus acciones inicien con alzas de 4.75% el 2018 cerrando en 201.07 dólares, apenas a 1.61 dólares de su máximo histórico.