Pelo largo (y cuando decimos largo es, sin temor a exagerar, casi por la cintura), rodete, piel súper bronceada, remeras con jeans y zapatillas, trajes súper elegantes con zapatos brillantes, cabello corto y más...
Alejandro Fantino (41) se anima a mutar, se adapta como el camaleón. Con los cambios de look como laderos, el conductor se convirtió en un showman. De esos de programa yanqui en los que el presentador baila, salta, hace parlamentos sobre su vida y, claro, entrevista magistralmente.
Fantino: "Miriam hace tres o cuatro años me rompe con que me vista con ambo. Ella le da mucha importancia, es parte de este nuevo estilo".
Comenzó como relator de fútbol, allá por 1992, cuando su voz narraba las acciones de su querido Boca Juniors. Su cabellera abundante le recorría la espalda y, por ese entonces, las remeras y los jeans eran parte de su uniforme.
Pasaron los años, Alejandro se fue haciendo más conocido y explorando diversas facetas de su profesión. Su estilo también cambió.
Llegó Mar de Fondo, programa éxito de las madrugadas de TyC Sports -entre 1999 y 2005-, y Fantino ya había recortado su largo pelo. Ahora su melena le llegaba por los hombros y la ropa deportiva predominaba, aunque las camisas también comenzaban a integrar su vestuario.
ESPN Estudio, un ciclo de entrevistas a deportistas en cable, lo encontró trajeado y más formal, puliendo cada vez más su estilo de entrevistador.
En 2006 formalizó con Miriam Lanzoni. La actriz enamoró al conductor, quien hasta decidió tatuarse su nombre en su brazo derecho (ver foto), sumando otra "decoración" a su cuerpo.
Animales Sueltos desembarcó en América en 2009 y con la vuelta de Fantino al umbral de la medianoche, su impronta mutó de nuevo. Aunque en un principio lucía más casual desde el pelo hasta la punta de los pies (Arjona dixit), en los últimos tiempos escuchó algunos consejos y mejoró notablemente.
Atrás quedaron las remeras ajustadas, el cabello al viento y las zapatillas. La mayoría de las noches Alejandro Fantino luce impecable, de riguroso traje negro e incluso, a veces, completa con una angostísima corbata. Los zapatos siempre lustrados y un peinado y corte más prolijos.
SU PALABRA
"Tengo 41 años y decidí al menos un día a la semana vestirme con ambo y zapatos, y los demás días con remera, campera y jean", explica Fantino a Ciudad.com, como preludio de los cambios de imagen que fue atravesando.
-¿Cuánto tiene que ver Miriam en tu look actual?
- Miriam hace tres o cuatro años me rompe con que me vista con ambo, con zapatos. Ella le da mucha importancia a cómo salir vestido, cómo presentarme. Cuando viajamos me hace comprarme ropa, trajes; ella es parte de este nuevo estilo.
"A los tipos de entre 35 y 50 años nos cuesta a encontrar qué usar. Me gustaría sacar una línea de ropa parecida a lo que yo uso, al estilo más formal que estoy utilizando ahora", adelanta Fantino.
- ¿Te parece que marcás tendencia?
-Y, mirá... a los tipos de entre 35 y 50 años nos cuesta a encontrar cómo vestirnos. Capaz que te querés poner una camisa, un pantalón y vas a cualquier marca y te cobran luca y media una camisa. O cinco lucas un ambo. Entonces, si todo va bien, con dos personas amigas me gustaría sacar una línea bastante parecida a lo que yo uso, al estilo más formal que estoy utilizando ahora.
- ¿Y el pelo?
- ¡El pelo es una incógnita! No le doy ni cinco de bola, la anteúltima vez que me corté fue con Miriam con una tijera de cortar cartón que usamos en casa. El viernes me corté el pelo de nuevo, paré en una peluquería cerca de la radio (conduce Uno de los Nuestros, de lunes a viernes de 18 a 20 por La Red), pagué y le dije al peluquero que si me gustaba el corte seguía viniendo.
- Igual alguito te hacés en el pelo, antes de salir al aire, ¿no?
- Tengo una cera dentro de mi maletín y me lo paro antes de entrar al aire, sí. Aunque a veces ni me acuerdo de usarla.
- Subiste hace poquito una foto a Twitter con lentes para ver y haciendo algún chiste con tu edad...
- Los anteojos son para leer y para hacer radio también. No soy ni joven ni viejo, estoy en una linda edad. Además, me gusta cómo me veo con lentes.