Las oportunidades de José María Listorti (52) son la aspiración de cualquier artista, y así como ahora aceptó hacer del Cangrejo Sebastián en La Sirenita, el musical, también le dedicó el tiempo de sus vacaciones a los ensayos, además del rodaje de una nueva película.
Con mucha astucia, Listorti logró trascender al humorista de ShowMatch y en la megaproducción de Carlos Rottemberg despliega todo su potencial como actor, cantante y bailarín, aunque en la entrevista con Ciudad reivindica con orgullo sus memorables cámaras ocultas.
“Siempre digo lo mismo. Para las cámaras ocultas también tenés que actuar. Recuerdo que Carolina Papaleo era cómplice en unas cámaras ocultas y me felicitó por todo lo que tenía que actuar e improvisar. Ahí empecé a valorar nuestro laburo. Lo aprendí haciéndolas durante once años”, afirmó el también conductor de Re Tarde (FM Pop) antes del debut del jueves 5 de junio en el Gran Rex.

-En todo caso, ahora se luce en un escenario todo lo que quizá para muchos pasaba desapercibido...
-Pasa que hicimos un montón de sketchs, trabajos donde tenía que cantar y bailar, pero yo sé que lo que más queda en la retina es eso. Es lo que necesitaba en ese momento el programa donde trabajaba.
Si yo hubiese trabajado en otro programa donde tenía que hacer otra cosa, lo hacía. Ahora requieren que yo cante y baile y actúe de una manera y lo hago.
En un momento Este es el Show era un programa de entretenimiento, después se transformó en un programa de espectáculo, lo hice de espectáculo yo me voy adaptando a lo que necesita la persona que me contrata.
José María Listorti“Hice un montón de sketchs, trabajos donde tenía que cantar y bailar, pero yo sé que lo que más queda en la retina son las cámaras ocultas. Ahora me requieren que yo cante y baile y actúe de una manera y lo hago. (...) Me voy adaptando a lo que necesita la persona que me contrata”.
-Y ahora mutaste a cangrejo.
-Ja. Muté a cangrejo, sí. Una involución, de ser humano a cangrejo. Es un lindo desafío.

-Te toca el privilegio de cantar el hit Bajo el mar y lo hacés muy bien después de agitarte saltando y bailando.
-Tampoco tengo 90 años, ja. Pero sí. Porque aparte luego hay otra canción apenas termina esa, y una coda más donde tengo que cantar también.
Después tengo otro musical también. Por suerte me hacen mover mucho y aparte como inclinadito para no aparecer más alto que el rey Tritón (N del R: Osvaldo Laport), más las pinzas.
-¿Vos también te entrenás cantando mientras corrés como otros artistas de la obra?
-No canto en la cinta, pero sí cuando corro corro en casa, o cuando me agito, cuando subo y bajo las escaleras.

-Hay un guiño a los padres de tu personaje cuando hacés el péndulo con el brazo. ¿Es una licencia que te permite Disney?
-No, me lo permitió la coreógrafa. Ella me dijo “poné eso, ¿te parece?“. Y le dijo que sí.
En Matilda también le habíamos puesto un guiño. En un momento, digo ”¡es mágico!“. Porque como Matilda tenía poderes en un momento digo ”¡es mágico!“, y la gente se divertía mucho con eso.
-¿Es tu mayor desafío actoral integral? Digo, por la cantidad de personas interviniendo en el musical, la escenografía, tu maquillaje, tu vestuario...
-No sé. Si lo analizamos de esa manera puede ser. Pero todo fue complejo. Pasa que todo viene a su tiempo, a su edad.
La primera vez que hice una cámara oculta también fue complejo cómo la hago, cómo voy yo cuando iba a hacer las cámaras ocultas a Villa La Angostura o las de Brasil, tenía esa responsabilidad de que salgan bien porque tenés atrás también técnicos, productores la guita que gastaron, y si sale mal no está bueno.

Pero sí. Es una linda responsabilidad, puede ser un lindo desafío más que un desafío actoral, bailar, cantar ser un cangrejo, que no es algo habitual hablar en otro tono, como es el tono dominicano para hacerlo como el personaje lo requiere son muchos desafíos de los cuales me pone muy contento poder abordarlos.
-¿Ya habías visto la película de dibujitos original?
-No, las tuve que redescubrir. Es de 1990 y mis hijos ya están grandes. Tampoco habían nacido cuando se estrenó.

-Hubo una remake hace poco...
-La remake tampoco la vimos en familia, porque es más, también mi hijo (Franco) tenía 13 años cuando salió La Sirenita y me decía “ay no”, viste que todos los chicos dicen “me da paja, me dio paja”.
A pesar de que les diga “vamos a ver una película” ellos no quieren ver nada. Pero yo la vi y me gustó mucho. Yo veo todo. A mi me gusta mucho todo lo que es Disney, 15 mil veces a los parques porque me volví loco.

-¿Qué opinás de los talentos jóvenes que te rodean? Como Albana Fuentes o Pablo Turturiello.
-Los odio. Es más, terminan de bailar y digo, “¡hijos de p...“, les grito ”¡no pueden ser tan grosos!“. Es una bomba lo que hacen, yo estoy fascinado, los admiro muchísimo a los bailarines.
Le dije recién ”ustedes son atletas de elite. No es normal, ustedes pueden jugar con Messi si quieren". Porque yo hago hago Bajo el Mar, mi próximo musical es media hora después, tengo unas escenas.
Ellos se tienen que cambiar rápido para hacer a los dos minutos otro musical vestidos de otra manera, porque hacen de peces, después hacen de gaviotas, después hacen de humanos, después hacen de peces, y todas las cosas son distintas, corporalmente hacen una cosa distinta, es realmente loable y digno de destacar lo que hace el ensamble.

-¿Cómo te manejás con tu traje de cangrejo? Osvaldo Laport comentaba el peso de la cola de Tritón...
-Es dificilísimo también, porque tengo las pinzas, que no puedo agarrar si quiero tomar agua.
Además cargo un saco que tiene una mochila con muchas pinzas. Pesa bastante. Todavía no bailé con eso, así que es muy probable que me muera antes.

-Ojalá que la gente te reconozca debajo de tanto maquillaje y con ese traje.
-Si no me reconocen es mejor, así no me piden la devolución de la entrada. Ja, ja.
VIDEO Y EDICIÓN
FERNANDO HALPERÍN