Famosa desde la cuna por ser la hija de Moria Casán, Sofía Gala se abrió camino en el mundo del espectáculo por cuenta propia y sin depender de su madre. Sin embargo, hay reglas del medio que la incomodan y con las que no negocia. "No me gusta que pongan una cámara en mi casa", dijo la joven actriz de la obra, Confesiones de mujeres de 30, en Por si las moscas por La Once Diez.
"No iría al Bailando porque me muero, es una exposición muy grande que me enfermaría la cabeza. Yo soy un desastre. Me cuesta arreglarme. Me convertiría en un bicho monstruoso de mal humor".
En ese línea, Sofía confesó que hay un trabajo que nunca aceptaría: sumarse a las ruidosas filas del Bailando. ¿El motivo? "No iría porque me muero, es una exposición muy grande que me enfermaría la cabeza. Yo soy un desastre. Me cuesta arreglarme, no podría vivir sacándome fotos con todo el mundo. Me convertiría en un bicho monstruoso de mal humor".
Por otro lado, la joven aseguró que mira la labor de Moria en el programa de Marcelo Tinelli porque en su casa el televisor está todo el día encendido: "La miro todo el día, la tengo prendida todo el día. Es mi compañera… Para mí la televisión es lobotómica, la miro para dejar de pensar dos segundos. Ahí no pienso nada, soy como un ente".