Argentino como el dulce de leche y con porte de modelo, David Chocarro (39) brilla en El Recluso, la versión mexicana de El Marginal, donde interpreta a Santito (o Diosito, el personaje de Nico Furtado). Esta ficción puso su vida de cabeza, lo convirtió en una estrella en el exterior -donde reside desde hace años- e hizo que ganara popularidad. Para ponerse en la piel de este personaje, decidió encarar una impresionante transformación que sorprendió a todos.
Apenas se enteró de la posibilidad de trabajar en la exitosa ficción, Chocarro empezó a investigar cómo era la vida en los márgenes de México, a meterse en el personaje, y cuando llegó el momento de la audición, se sentía en su piel.
"Ya me había hecho la prótesis, me afeité el pelo, me había pintado tatuajes. Yo propuse que estuviera súper flaco, hecho mierda", le contó David a Teleshow, tras bajar 20 kilos para personificar a Santino.
El actor, que reside en Miami con su mujer, Carolina, sus dos hijas y donde tiene una cancha de paddle, explicó que lograr ese look "consumido" le llevó dos meses, durante los cuales consumió sólo 1000 calorías diarias.
"Ya me había hecho la prótesis, me afeité el pelo, me había pintado tatuajes. Yo propuse que estuviera súper flaco, hecho mierda".
Pero el esfuerzo valió la pena, porque el papel de Santito le dio el reconocimiento por el que estuvo trabajando todos estos años, en los que participó en novelas, producciones para la televisión mexicana y, fundamentalmente, publicidades como modelo.
Conectado con el mundo de la actuación desde chico, gracias a su padre, que hacía obras de teatro infantiles, Chocarro tuvo un breve paso por la televisión argentina, con personajes pequeños en las tiras Floricienta, Malparida y Casi Ángeles. Y hoy, con El Recluso, al fin le llegó la hora de brillar.
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