En una época en la cual es cada vez más difusa la línea que separa la vida privada de la pública, Ángel de Brito (44) cultiva un riguroso y llamativo perfil bajo. Periodista de espectáculos desde hace más de 20 años, el conductor de Los Ángeles de la Mañana tiene la habilidad de poder contar los detalles más íntimos de lo que le pasa a los famosos en su programa, sin la necesidad de poner en juego su propia historia.
Esa fórmula es una de las claves de su éxito, producto de una decisión vital que tomó hace tiempo y sostiene con coherencia: “Siempre trabajé de periodista, de panelista en su momento y de conductor, nunca me dediqué a ser mediático, ni cuando era un desconocido ni tampoco lo aproveché después a pesar de que lo podría haber hecho para subir más rápido como lo hace mucha gente que está en su derecho de lucrar con su intimidad”, le contó De Brito a Ciudad en una entrevista mano a mano.
"No tengo nada que esconder ni ocultar, pero no participo del show desde lo íntimo. Nunca me resultó necesario, como un montón de otra gente".
“Es mucho más negocio y fácil hacerte conocido o llamar la atención, pero siempre elegí este camino del trabajo, del periodismo, la conducción, el panelismo, el jurado, lo que me fue tocando. Y uno puede tener dos vidas separadas, la pública, la del trabajo como cualquiera que trabaja en una oficina, pero que después hace su vida privada normalmente. No tengo nada que esconder ni ocultar, pero no participo del show desde lo íntimo. Nunca me resultó necesario, como un montón de otra gente. Creo que las vidas privadas que se cuentan es porque así lo eligen los protagonistas, nadie anda corriendo a Leo Sbaraglia para que nos cuente qué hace en su casa. Cada uno se presta o no a cruzar el límite”, profundizó.
Luego, el también conductor de Cantando 2020 junto a Laurita Fernández, reveló: “Me ofrecieron un millón de veces hacer notas de tapa en Caras, Gente, Paparazzi, Pronto. Yo me llevo bien con todas las revistas, tengo colegas a los que quiero en todos lados, pero siempre les contesté lo mismo. Siempre proponen hacer producción con el perro, la familia, mostrar la casa, disfrazarse. Pero nunca me interesó hacer prensa de mi vida. De hecho ni siquiera doy para el interior de las revistas. (…) Tengo una vida normal. De hecho subo las fotos a mis redes. Tampoco me lo puse a analizar, pero siempre tuve claro que estoy para trabajar en el medio, no para ser personaje”.
Al final, Ángel de Brito concluyó: “Nunca llamé a colegas para frenar noticias. Porque de hecho se han publicado cosas pero nunca accioné en ese sentido. Me han llamado a mí un millón de veces y me molestaría llamar. Como a mí me llaman para que no cuente cosas me molestaría estar del otro lado del mostrador. Que cada uno haga lo que quiera”.