Gente querida del alma. Se viene el miedo, oleadas de miedo, cada día, semana, mes, el objeto de nuestro miedo va variando y ahora los titulares son ocupados por el nuevo virus de la gripe. Claro que hay gripe, claro que es muy contagiosa, claro que algunas personas mueren; pero ¿no habrá algo más detrás del asunto?
No sólo la manipulación política del caso en nuestro país esperando el resultado finalmente adverso de las elecciones. No sólo las multinacionales experimentando con el miedo y generando pestes para fabricar vacunas que en apariencia las combatan, con el tendal de dólares incorporado, hasta la próxima temporada con su correspondiente peste. ¿No será que la naturaleza humana cuando la mente la puede, cuando no hay un despertar espiritual profundo, es pasto fácil de cultivo de laboratorios y gobiernos?
El miedo es tan fácil de manejar y nacemos con miedo, vivimos con miedo y morimos con miedo. Cuidarse sí, ser prudentes, alimentarse bien, cambiar la estructura de nuestra alimentación, elevar las defensas desde el pensamiento y la emoción positiva, desde las endorfinas y el amor por la existencia; pero no comerse gato por liebre.
No vivir pendientes de los agoreros, de los apocalípticos, que necesitan contaminar a la gente con futuros temibles, para reinar dentro de la división. Perfecto, no se actuó a tiempo, y desde cuándo uno iba a pretender que las autoridades lo hicieran?
Está en Uno hacerse reflexivo, dejar de consumir la venta de la basura y hacerse fuerte en su visión interna. Generar una fuente de poder tan firme que no haya virus que se meta en forma destructiva. La comprensión de que somos tanto más que lo que se nos dice que somos, es la línea que separa al dormido del despierto. Quien despierta se hace dueño de su vida diaria, y el miedo es el antítesis del despertar.
El miedo es el ego con que se nos cría y alimenta desde el poder de turno, con el nombre propio que Ustedes le quieran poner, pero no sólo en la Argentina, en cada rincón donde la oscuridad, intenta velar la luz con la que hemos nacido.
Un cuento sufí dice que Iba La Peste camino a Bagdad cuando se encontró con Nasrudin. Él le preguntó ¿A dónde vas? La Peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas". Después de un tiempo, La Peste volvió a encontrarse con Nasrudín, que muy enojado, le dijo: "Me mentiste. Dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil". Y La Peste respondió: "Yo no mentí, maté diez mil, el resto... se murió de miedo".
Hermanos queridos, la peste primero aparece en la mente y después invade el cuerpo. Sáquensela de raiz.
Millón de abrazos.
Gracias por existir
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