Hay días en los que la ropa recién usada parece limpia, pero cuando uno vuelve a agarrarla aparece ese olor a fritanga, tabaco o comida que se mete en la tela y no quiere salir. No siempre da para volver a poner todo en el lavarropas, especialmente cuando son prendas que no soportan lavados frecuentes o directamente no hay tiempo. Ahí es donde entran en juego los trucos caseros, esos que permiten resolver un problema cotidiano con lo que tenemos a mano en casa.
Cada vez más personas están buscando alternativas prácticas para refrescar la ropa sin gastar de más ni usar productos agresivos. Muchos de esos métodos circulan por redes sociales y se viralizan rápido porque funcionan, son baratos y no requieren una larga lista de ingredientes imposibles.
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Uno de los más comentados en los últimos meses es la creación de de Begoña Pérez, conocida como @la_ordenatrix en instagram: un pulverizador hecho con tres ingredientes simples. La mezcla sirve para neutralizar olores persistentes y darle a la ropa un aroma suave que recuerda a la sensación de abrir un placard recién ordenado.
Cómo funciona el método de los tres ingredientes
La fórmula se basa en una combinación que, bien usada, refresca la tela sin mojarla demasiado. El secreto está en el bicarbonato, que ayuda a absorber y neutralizar los malos olores, y en una base alcohólica que permite que la ropa se seque rápido sin dejar manchas. Los ingredientes para realizarla son:
- 350 ml de agua
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 150 ml de agua de colonia con base alcohólica

La mezcla se pasa a un buen pulverizador y se agita siempre antes de usar. Lo ideal es rociar la prenda a unos 30 o 40 centímetros, apenas una bruma ligera, y dejarla airear unos minutos. El resultado no es un perfume fuerte: es un olor limpio, que desplaza el olor a comida o tabaco.
Dónde aplicarlo y qué tener en cuenta
Este spray funciona es uno de los mejores trucos caseros para la ropa y funciona muy bien en prendas que toman olor rápido: camperas, bufandas, suéteres, camisas y hasta mantas livianas. También sirve para refrescar telas grandes como cortinas, acolchados o fundas de sillón, siempre con moderación para no humedecerlas demasiado.

Una aclaración importante: conviene evitarlo en tejidos delicados como la seda, porque el alcohol podría afectar la fibra. En el resto de las telas funciona sin problemas, especialmente si se deja secar al aire.
Cómo usar la mezcla como ambientador casero
Quienes prefieran una versión totalmente personalizada pueden adaptar la receta. Para convertirla en un ambientador casero, se reemplaza el agua de colonia por una mezcla mitad agua y mitad alcohol, y se suman unas gotas del aceite esencial preferido.
Las combinaciones más usadas son las siguientes:
- Lavanda para generar calma
- Vainilla para dejar un aroma cálido
- Canela para perfumar ambientes en otoño o invierno
- Naranja o limón para un efecto fresco
El resultado es un aromatizador económico, natural y útil para perfumar placares, textiles o cualquier habitación.
Lo interesante de esta mezcla es que no “enmascara” olores: los neutraliza. El bicarbonato actúa directamente sobre las partículas que generan mal olor, mientras que la base alcohólica ayuda a que todo se seque rápido y la prenda no quede húmeda.
Por eso también sirve para rociar el interior de los armarios, los cajones de la ropa blanca o incluso la cama entre lavado y lavado. Es una forma rápida de recuperar esa sensación a “ropa recién salida del placard”.



