Dos niños, de nombres Ivan y Evgenie Istinov, de 11 y 12 años de edad, experimentaron la aventura de sus vidas, cuando sin querer perdieron el rumbo mientras paseaban en un bosque, ubicado en los Urales de Rusia, donde en este momento se registran temperaturas bajo cero grados.
Por suerte, siempre estuvieron junto a sus fieles perros, que no los abandonaron sin importar el desafiante clima. Por el contrario, se mantuvieron cerca, cuidándolos y encargándose de que recibieran un poco de calor, en tanto la ayuda llegaba.
Casi 24 horas después, cuando sus familiares emitieron la alerta de desaparición, fueron localizados por los cuerpos de rescate rusos, a unos 30 KMS de una ciudad próxima a su residencia. Después del susto, relataron que sus increíbles canes los habían salvado de una muerte segura.
Para este caso, se requirió la instalación de una sede operativa, en el área donde se presumía que estaban Ivan y Evgenie. Apoyaron de igual manera unos 150 agentes policiales, así como un grupo de voluntarios y cosacos del estado.
“En un principio, parecía un rescate imposible, por todas las dificultades climatológicas, pero el grupo los encontró sanos y salvos. Los niños tenían algunas de sus extremidades semi congeladas por el frío, pero en general estaban conscientes y en buen estado”, notificó un medio local sobre el incidente.
Expertos explicaron que el congelamiento del cuerpo es una condición que ocurre a temperaturas extraordinarias, como cero o menos grados. En ese momento, los vasos sanguíneos se estrechan, y si no se atiende de inmediato a la víctima, puede desarrollar severos daños, incluso irreparables.
Andrei Tsvetkov, ministro de Salud de Sverdlovsk, supo de inmediato sobre el suceso, y decidió visitar a los niños que fueron enviados a un centro de salud, para su cuidado y evaluación.
“Presentaron congelamiento de primer a segundo grado. Su historia es increíble. Se perdieron al perseguir a unos de sus perros que había escapado. Dormían por turno para no congelarse, y los canes los abrigaban para que se mantuvieran con vida. Si no hubiese sido por esos perros, no estarían acá con nosotros”, destacó Tsvetkov.