Muchas mujeres sostienen que el embarazo es el mejor estado para la mujer. Pero ese no es el caso de María Julia Oliván quien, a pesar de la inmensa felicidad y su gran lucha por la llegada de Valentino, sufre por demás los avatares de la etapa. “La gente me saluda y me felicita por la calle y me pregunta: '¿estás feliz?' La respuesta es sí, pero me siento como la mona”, confesó.
"La gente me pregunta: '¿estás feliz?' La respuesta es sí, pero me siento como la mona. Mis días de embarazada son así: me despierta una náusea furiosa, me sigue el asco a todos los olores que pesca mi olfato".
“Mis días de embarazada son así: me despierta una náusea furiosa, me sigue el asco a todos los olores que pesca mi olfato y que incluyen al santo de mi novio a quien le tengo prohibido usar perfume con el agregado de que para colmo le tomé idea al aroma de su piel que antes me encantaba”, escribió la periodista, en un texto que compartió en su página web Border periodismo.
Con humor, María Julia reveló también una divertida anécdota. “Tengo sueno todo el tiempo y me agarró una especie de fobia a la tele. No es que me haga la cool onda Juanita Viale, les juro lo mío es pura hormona revuelta”, relató la futura mamá, que brindó detalles del bebé. “Valentino mide 30 centímetros y está totalmente formado. Orejitas, manos, piernas, ojos, bueno... todo. Escucha si le hablo y si me asusto se asusta. ¡Hasta huele!”, completó la peiodista, emocionada.