Hace solo un mes llegaba a la vida de Luciana Salazar su hija, Matilda. La modelo finalmente llegó al país con la beba y las cámaras de Intrusos estuvieron ahí para recibirlas.
"Tardo un poquito en cambiar los pañales, pero es porque le pongo toallita, oleo calcáreo, le paso la cremita para que no se le paspe la colita y después de todo eso ya se me hizo pis y caca de vuelta".
“Me felicitaron las azafatas porque no lloró, ni nada”, le contó Luli a su amigo Mariano Caprarola, mientras llevaba el carrito que tenía a Matilda, sonriente y de buen humor. “Este mes como madre fue increíble. Pensé que iba a ser peor, mucho más difícil. Siempre va a estar primero Matilda antes que yo”, aseguró la rubia.
Parece que uno de los problemitas que tiene con su flamante rol de madre llega al momento de cambiar a su hija: “Tardo un poquito en cambiar los pañales, pero es porque le pongo toallita, oleo calcáreo, le paso la cremita para que no se le paspe la colita y después de todo eso ya se me hizo pis y caca de vuelta”, contó, risueña.
"Amalia siempre se vive metiendo con los hijos ajenos. No está bueno, no habla bien de ella como mujer. Lo tomo de quien viene, una persona que está obsesionada conmigo y se lo dijeron todos".
Fiel a su estilo, Luli salió al cruce de las declaraciones de Amalia Granata que volvió a apuntar contra ella: “Siempre se vive metiendo con los hijos ajenos. No está bueno, no habla bien de ella como mujer. Lo tomo de quien viene, una persona que está obsesionada conmigo y se lo dijeron todos”, lanzó, molesta.
¿Un detalle que no dejaron pasar los panelistas de Intrusos? La persona que fue a buscar al Aeropuerto de Ezeiza a Luli y su hija, su hermana Camila y su asistente fue nada menos que el chofer… ¡de Martín Redrado!