Los tiempos en que Karina Jelinek (38) vivía con miedo al desalojo en piso 23 de una torre de la Avenida del Libertador, a poco de su divorcio de Leonardo Fariña, quedaron atrás. Hace algunos años que la modelo se instaló en una verdadera mansión en el barrio cerrado Cabos del Lago ubicado en Nordelta, y se animó a abrir las puertas para lucirla en Divina Comida (lunes a viernes a las 23.30 por Telefe).
Karina fue anfitriona de Silvina Luna, Mariano Peluffo, Fabián Schulz y Fernando Carlos, y antes de cocinarles, explicó los detalles de su confortable hogar. A primera vista, se ve que es una amplia casa con dos plantas, con piscina propia, palmeras a los costados y vista a un lago artificial, rodeada por otras propiedades similares.
“Yo solita decoré mi casa con el buen gusto de mis amigas, y con mi gran participación. Me inspiré mucho en Tulum. Me gustan los colores nude, naturales. Amo las plantas”.
“Yo solita decoré mi casa con el buen gusto de mis amigas, y con mi gran participación. Me inspiré mucho en Tulum. Me gustan los colores nude, naturales. Amo las plantas”, comentó. A la hora de elegir su rincón favorito, Jelinek contó que es el hogar con chimenea que tiene en un salón equipado por dos sofás blancos, y que cuenta con el retrato de su padre de joven.
La cocina -por su parte- súper espaciosa, con una mesada enorme donde preparó menú vegetariano de berenjenas empanadas como entrada, pastas con hongos de plato principal y un postre especial de vainilla, crema, café y vino oporto. Luego, se vio una barra de tragos donde compartió deliciosas bebidas espirituosas, pero dejó para el misterio los ambientes más íntimos, como el toilette o su habitación.