La huella plantar de un bebé se toma a las horas del nacimiento, y sirve para identificar al recién nacido como primer documento, hasta que luego será reemplazado por la foto, la huella digital o hasta los novedosos datos biométricos. Sin embargo, la mancha de tinta del piecito de una criatura tiene un significado para sus familiares que va mucho más allá de la fría individualización, como ocurre en el caso de Jorge Rial (57) y su primer nieto, Francesco Benicio Ambrosioni.
Así fue que el conductor de Intrusos anticipó a través de Instagram Stories: “Me voy a tatuar su piecito”. La revelación se dio a través de una pregunta que le hizo uno de sus seguidores, en el marco de un cuestionario abierto que respondió Jorge.
Apasionado por los tattoos, Rial ya se había grabado los nombres de sus hijas, Rocío y Morena, junto a unos peculiares códigos de barras.
Abuelo baboso y orgulloso, el nacimiento de Francesco el último 27 de marzo le cambió la forma de encarar la vida a Jorge, como él mismo contó en las redes: "Tener a mi nieto en mis brazos es lo más lindo que me pasó en el mundo. Es una segunda vuelta que te da la vida para que la disfrutes. Y lo estoy haciendo a pleno. Feliz de tener una familia. La que siempre soñé. Por la que siempre luché. Y acá está. Acá estamos. Todos juntos. Para siempre. Y estos brazos están para sostener a los que amo y para estirarlos cuando necesito su ayuda", exresó el periodista en un posteo.