Cuando estaba en el pico de éxito y fama de su carrera, allá por 2005, Jimena Cyrulnik (42) experimentó un verdadero cambio radical en su vida que exteriorizó al raparse su cabello. Hoy, la modelo está separada de Lucas Kirby (46), el padre de Calder (10) y Tyron (5), aunque mantiene una relación tan buena que hasta son socios en su marca de trajes de baño.
De visita en ¿Quién quiere ser Millonario? con sus amigas Maia Chacra y Jazmín Rodríguez, Cyrulnik se llevó 180.000 pesos en premios y reflexionó sobre su pasado: “Hoy me siento a esta edad como muy plantada, me parece que todo lo que me pasó y los años no fueron en vano. Estuve muy arriba, muy abajo, la pasé muy bien, tuve momentos feos y pude capitalizar todo lo malo y transformarlo en herramientas para salir adelante”.
"Hoy me siento a esta edad como muy plantada, me parece que todo lo que me pasó y los años no fueron en vano".
En referencia concreta al momento en que se afeitó la cabeza, Jimena comentó: “Venía muy acelerada, me aferré mucho a lo espiritual durante un tiempo, me afeité la cabeza, dije no quiero trabajar más, me alejo del medio. En ese momento a mí me hizo bien, por más que de afuera decían ‘¿Qué le pasó a esta chica? ¿Por qué se afeitó? ¿Por qué dejó de trabajar?’. Yo lo necesité, me ayudó a salir del lugar en el que estaba y me dejó una fe enorme”.
En retrospectiva, analizó: “Ahora que tengo hijos pienso en por qué tuve que chocarme de frente contra un camión para aprender, pero fue lo que me tocó. Fue cómo me crié, cómo me criaron, las bases que tenía de mi casa, que mi vieja hizo lo que pudo conmigo. Mi papá se fue de casa cuando era chiquita y después falleció. Cuando empecé a trabajar en el medio iba muy rápido por la vida y tuve que aprender a los golpes. Yo quería que la vida me atraviese y así fue, jugué con los límites. Y a esta edad miro para atrás y creo que viví 6.000 vidas.
"No me arrepiento de nada de lo que viví. Hoy me puedo sentar a aconsejar a la mamá de una chica que tuvo anorexia, o alguien que tuvo problemas con excesos".
“Pasé por mucho, aprendí un montón. Agradezco todo lo bueno y lo malo mucho más. No me arrepiento de nada de lo que viví. Hoy me puedo sentar a aconsejar a la mamá de una chica que tuvo anorexia, o alguien que tuvo problemas con excesos. Siento que tuve una vida que me sirvió de mucho y estoy en un momento de disfrute. Hace años que estoy muy bien, desde que decidí estar bien, fui mamá y mis hijos me hicieron increíblemente bien. Me enseñan todo el tiempo. Soy una mujer que vive todo intensamente, soy muy apasionada y me parece que la vida tiene que ver con eso. Es la vida que elijo y no me arrepiento de nada”, concluyó ante Santiago del Moro.
Ya en 2012, Jimena Cyrulnik se había referido a ese período: “Yo estaba mal, buscaba un apoyo y empecé a aferrarme a lo espiritual. Lo importante es no aislarte de tu gente, no ver más a la familia, a los amigos de toda la vida. Lo mío fue un cambio espiritual del que yo tomé la decisión. Nunca seguí a nadie. Seguí la historia de Jesús y lo tomé como mi maestro. Primero empecé a leer filosofía hindú y después terminé hablando con curas. Encontré una fe enorme que antes no tenía. Era muy escéptica. Es verdad que en un momento se dijo que yo estaba en una secta cuando me rapé. (...) Hoy soy una persona de fe, de mucha fe: creo, pido, rezo. Lo que soy yo, se llama 'judíos mesiánicos'".