El viernes 20 de septiembre se estrenará De Barrio 3, el novedoso proyecto transmedia realizado por Polka para eltrece, TN, Cucinare y Ciudad Magazine.
Eddie Fitte, en esta nueva temporada, mostrará los sabores típicos (¡y también algunas excentricidades!) en reductos increíbles y únicos de Misiones, Río Negro, San Juan, Mendoza y Córdoba.
El ciclo podrá ser visto los viernes dentro de Noticiero Trece y se repetirá los sábados y domingos en las mañanas de TN.
Al finalizar cada emisión televisiva, las historias de De Barrio 3 tendrán su correlato en el “mundo digital”: habrá recetas, fotos, crónicas e información adicional en las redes sociales y sitios web de cada marca.
Antes del debut, Eddie habló con Ciudad y adelantó detalles del nuevo contenido.
"Lo que empecé a entender con el paso de los programas y cuando empezamos a comer es que te queda una sensación de que hay una comida por clima".
-¿Qué nos podés contar de De Barrio 3?
-¡Volví! Y estoy muy contento. Terminamos de grabar la temporada que siempre quisimos hacer, porque es viajando. Lo que tiene de bueno Argentina es que hay paisajes muy muy distintos, casi antagónicos y la comida también varía mucho. El desafío era ver si había una comida argentina que nos representara, más allá del vino y el bife de chorizo, que a nivel prensa es lo que supuestamente es lo más general.
-¿Encontraste una comida que pueda atravesar toda la Argentina?
-Me parece que lo que empecé a entender con el paso de los programas y cuando empezamos a comer, que no solamente ocurre con los restaurantes en los que grabamos, porque el resto del día también comemos en otros, es que te queda una sensación de que hay una comida por clima. Y nosotros tenemos muchos climas. Hay mucha variedad y eso no te permite decir "la comida argentina es esta". Sí desmitificar que el asado es tan nacional y tan propio, porque poner brasas abajo de la comida no es algo que nosotros hayamos inventado. Y bueno, particularmente flasheé en Misiones.
-¿Por qué?
-Están empezando a hacer fusiones, para hacer algo más internacional, porque si no nos quedamos en el bife de chorizo.
-¿Qué comiste en Misiones?
-Mirá, lo que sentí es que la comida va muy de la mano con lo selvático. Allá estuvimos con Gunther Moros, que es un chef espectacular que se está ocupando particularmente de darle cierto impulso a la movida de la comida misionera. Ahí se mezcla la tradición guaranítica con lo brasilero, con lo paraguayo, con lo netamente argentino, y de ese cóctel sale una comida súper espectacular, con grandes postres también.
-¿Qué diferencias notaste con respecto a lo dulce, por ejemplo?
-Empecé a ver que los postres están súper desarrollados. Quizá yo soy una persona de milanesas con papas fritas y flan, no tengo un menú demasiado amplio, aunque te permite andar una vida entera, no sé en qué condiciones de salud, ja, ja. Y empezamos a descubrir una variedad de postres impresionante. Y si comparás, por ejemplo los de Bariloche con los de Misiones no tienen nada que ver, pero hay una cosa de emplatar o de condimentos que es como transversal a todos. No sé si me va a salir con palabras, pero es maravilloso. En Misiones tuve un flash muy particular con todo eso: primero con toda la comida que se está desarrollando y también con lo dulce.
"Si comparás los postres de Bariloche con los de Misiones, no tienen nada que ver. Pero hay una cosa de emplatar o de condimentos que es como transversal".
-¿Qué otros lugares recorriste?
-Hicimos un recorrido bastante amplio por Cuyo, donde se le da mucha importancia a lo vitivinícola, al aceite. Estuvimos en San Juan para mostrar una cara y en Mendoza para mostrar otra. Si bien son provincias vecinas y paisajísticamente tienen muchas cosas en común, son dos provincias muy distintas. Después estuvimos en Córdoba y Bariloche, que era una forma de incorporar algo de la Patagonia.
-¿Qué recordás de esos sabores patagónicos?
-Algo que no puedo olvidar es que en el Llao Llao comí un postre que tenía chocolate y oro, muy rico. A lo largo de los diez capítulos pasamos del IME en el Barrio Alberdi de Córdoba, que es un club social, al Llao Llao, como para meter un verdadero recorrido gastronómico.
-Y que De Barrio mantenga su estilo...
-¡Exactamente! El laburo vino mucho por ahí, porque las cuestiones más barriales parece que tienen más que ver con las ciudades o Buenos Aires en particular, para salir un poco del circuito gastronómico palermitano. Y cuando nos fuimos al Interior entramos en la disyuntiva de hacer solamente barrios o recorrer lugares donde el protagonista se puede dar ciertos lujos. Porque la verdad es que yo no sé si hubiera ido a comer al Llao Llao, pero está bueno que lo haga porque también es una forma de mostrar ese lugar a otras personas que quieran ir piensan que no les da. Y sí, te re debería dar para un gustito de vacaciones. Hice un laburito para ver si realmente se podía recomendar y sí. Es para el que le gusta ir a comer, pero se puede hacer. Además en Bariloche también fuimos a unos lugarcitos muy cerca del Centro Cívico y creo que son de los capítulos donde más golpeado he quedado, porque comí como un animal y en el "siestómetro" quedó como el lugar más alto.
"El espíritu de De Barrio es descontrolarla desde las formas para que la comida se pueda sentir de otra manera, más de barrio".
-¿Vamos a ver al Eddie que todos conocimos en las otras dos ediciones de De Barrio, comiendo literalmente a dos manos y disfrutando mucho de cada sabor?
-Me pasó que cuando arranqué la primera temporada me puse a pensar cómo iba a hacer, porque yo nunca fui una persona de muchos modales, tampoco me jacto de eso, pero bueno, no todo el mundo estudió protocolo y ceremonial. Al principio lo pensé como un experimento del estilo "¿qué tanto se la puede pudrir comiendo en cámara?" y se fue ampliando con el paso de los capítulos y se fueron corriendo algunos límites. Entonces en el capítulo 22, en la segunda temporada, ya estoy hablándole al chef con la boca llena y siento que es necesario. Porque pienso que si vas a lo de tus viejos y te cocinan vas conversando, le preguntás cómo lo hicieron y para mí es propio de la mesa eso y se pierde un mucho si no es así. No sé qué tanto podés disfrutar siendo tan controlado. El espíritu de De Barrio es descontrolarla desde las formas para que la comida se pueda sentir de otra manera, más de barrio.