De a poco, Débora D'Amato se siente mejor. Sin embargo, recuerda con tristeza lo mal que la pasó cuando se contagió de coronavirus. "Esta segunda etapa es más dura”, explicó tras remarcar que el tercer día de contagio fue "el peor".
"Yo sentía que se me iba la vida por la borda. Me mandaron la ambulancia porque no daba más. Me hicieron placas, el pulmón estaba bien y me tranquilizó que un médico me lo dijera. A la noche volví a casa sintiéndome fatal", relató en diálogo con Por si las moscas (La Once Diez/Radio de la Ciudad) y admitió que tuvo "miedo" por su hijita Lola.
"Yo sentía que se me iba la vida por la borda. Me mandaron la ambulancia porque yo no daba más".
Además, remarcó cuáles fueron los síntomas más fuertes que atravesó durante la enfermedad. "Tuve poca fiebre, muchísimo dolor corporal y falta de aire. Cada vez que en Intrusos alguien tenía positivo, a mí un poco me picaba la garganta. Evidentemente algo con eso me pasaba”, precisó.
"Aún no recuperé el olfato ni el gusto. Me sigue faltando el aire, me agito si me levanto de golpe o camino mucho".
Antes de cerrar, la periodista contó que aunque le dieron el alta y está retomando sus actividades, de a poco siente fuertes secuelas. "Aún no recuperé el olfato ni el gusto. Me sigue faltando el aire, me agito si me levanto de golpe o camino mucho. De a poco volví a la actividad física pero aprendí y ya no me exijo. No me hago problemas por pavadas, ni por los tiempos; no me victimizo pero sí aprendo y me planteo cosas de la realidad después de esto”, sentenció.